Möbius [Sproier]

IV

— ¡Hola!

La primera impresión que asaltó la visión de Roier fue a Missa pescando en una jaula, no parecía preocupado por el espacio tan pequeño que tenía por salida, así que siguió a Spreen mecánicamente mientras rebuscaba en los cofres y no hizo preguntas sobre eso.

— Así que...¿es esta tu casa?

— Es como el cobertizo. Lo que no entra en la otra casa termina aquí.

Incluso tenían algo parecido a un estanque para pescar...

Si tenía la pinta de un cobertizo desordenado y mal ubicado, pero probablemente varios de esos cofres tenían más recursos de los cuales la mayoría podían contar actualmente.

— No hay carbón, tocará ir a la casa principal.

Roier siguió a Spreen hasta una gran estructura no muy lejos del cobertizo, una puerta con código abriéndose apenas pisaron la alfombra, le dejó una impresión similar a su casa con Aldo y Mariana. Las puertas con códigos solían ser más fiables.

— Ven.

Subieron al segundo piso, al parecer no había nadie en casa, se quedó esperando en el espacio de la mesa de encantamientos antes de que el pelinegro cruzara el umbral con una bolsa pequeña.

— Aquí hay 50 de carbón.

— ¿¡Cincuenta!? ¡Es mucho!

¿A Shadoune no le importaría que un compañero suyo le diese materiales así nada más? No quería objetar ni ser grosero en absolu...

— Serán 5 esmeraldas.

Okay, podía ser un poco grosero si el oso cooperaba.

— Ahora que lo pienso, creo que 10 esmeraldas serían suficientes.

Ya lo estaba haciendo a propósito. Esa sonrisa maliciosa y los ojos que no podía discernir le hacían estar seguro.

— Aunque podría dejártelo en 2 diamantes.

— Cabrón, yo no cago dinero.

— Es un trato justo.

Roier pareció dudar unos instantes, la sonrisa maliciosa de Spreen al compás de sus orejas hiperactivas porque sabía que iba a aceptar.

Y para frustracion de Roier, estaba de acuerdo.

— Está bien.

Suspiró con resignación, francamente los diamantes no eran su prioridad ahora mismo así que dar dos no los mataría ni hoy ni mañana.

— Un placer hacer negocios.

Cuando salió de la casa con la bolsa de carbón en mano y veía a Spreen mirándolo por la ventana, recordó las palabras de Aldo.

"No creo que sea mala persona."

Sus huevos.

🐻🕸️

Aldo tachaba las fechas del calendario todos los días desde que habían caído en este lugar.

Dos semanas completas desde que la pesadilla había comenzado. Estaban prácticamente acostumbrados a la tensión en este punto.

Sin embargo, cada vez que un sonido atronador resonaba en toda la isla avisando de la muerte de alguien, aún no podía controlar la piel de gallina que le generaba como si fuera la primera vez.

Y eso solo empeoró cuando se supieron los nombres de los muertos de hoy.

[Mariana ha caído de un lugar alto y ha muerto. Le quedan 1 de 3 vidas]

[Rubius ha caído de un lugar alto y ha muerto. Le quedan 2 de 3 vidas]

— No puede ser, Osvaldo...

Necesitaba ir a por él, seguro Roier hasta este punto se había enterado. ¿estaban él y Rubius juntos?

Aunque había otra cosa bastante curiosa en este lote de muertes.

[Shadoune ha sido víctima de Spreen. Le quedan 1 de 3 vidas]

¿Porque Spreen había...matado a su propio colega?