Capítulo 20

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Ya solo quedaban dos semanas para la boda de mi hermana. Y no había vuelto a ver a Leo desde la noche del karaoke (de eso hacía otras dos semanas). Hablábamos por mensaje, para ponernos al día y organizar algunas cosas, no eran los textos más extensos del mundo, pero era algo. Nos alejamos después de que me dejara en la puerta de mi casa. Me arrepentía día tras día de lo que había pasado, y la pobre Anna tenía constancia de ello.

-Pero vamos a ver, ¿no decías que no podíais estar juntos? -preguntó, harta de escucharme hablar todos los días de lo mismo.

-Ya, pero... no sé, estoy muy confundida.

-En realidad no creo que lo estés -la miré extrañada-. Sí, creo que sí que te has enamorado, pero no tienes el valor suficiente para aceptarlo.

-Eso es una tontería. -solté sin pensar.

-Si tú lo dices...

Nos habíamos tirado las últimas semanas sacando el mismo tema a relucir, y era algo que mi mente no terminaba de aceptar. Aunque, en realidad, mi corazón sí que sabía lo que sentía por Leo, mis sentimientos habían empezado a aumentar sin que me diera cuenta, y en ese momento no había nadie sobre la faz de la tierra que pudiera frenarlos. Me gustaba, me gustaba de verdad, pero era tan cabezona que no quería darle la razón a lo obvio, y por ello, no podía admitirlo ni decirlo en voz alta. Lo había intentado varias veces, pero no podía, tenía que aprender a asimilarlo, y la situación en la que se encontraba nuestra relación no ayudaba. Si hubiéramos seguido quedando cómo lo habíamos estado haciendo tiempo atrás, no habría sido un problema (o eso creía), pero no tenía nada que hacer, solo debía afrontarlo.

-Tienes razón, aunque esto haya empezado cómo una relación falsa con Leo, no podemos evitar o negar nuestros sentimientos, él no lo ha hecho. He estado intentando que ningún sentimiento se interpusiera en nuestra relación. Pero ya va siendo hora de que lo diga en voz alta, estoy harta de esconderme. Me gus...

-¿Es verdad lo que acabo de escuchar? -Victoria acababa de entrar en la oficina, la cosa no podía ir peor. Había escuchado todo lo que había dicho y ya no había vuelta atrás.

-Depende. ¿Qué has escuchado? -dijo Anna esperanzada de que no hubiera estado detrás de la puerta durante mucho tiempo. Vi en su rostro una expresión molesta por la interrupción, sabía lo que había estado a punto de decir segundos antes de que Victoria nos interrumpiera, y ella había esperado ese momento tanto como yo (o incluso más).

-Todo. Bueno, todo lo que ha dicho Bianca. -Dios mío, eso pintaba muy mal.

-Y eso es... -mi amiga no perdió la esperanza.

-Vamos, sé que es una situación un poco humillante para ella -¿Humillante? Si supiera lo sabía yo sobre ella...- , pero no tenéis de qué preocuparos. Si Leo y Bianca tienen una relación falsa, eso solo traería buenas noticias.

-¿Cómo cuáles?

-La más importante, es que me deja vía libre para volver a conquistarlo. Llevo intentándolo desde que lo dejamos, pero ahora que Bianca es una vía rápida para conseguirlo, no creo que sea muy complicado hacerlo. -Lo peor que podía haber ocurrido estaba sucediendo.

No lo podía creer. Cuando iba a sincerarme conmigo misma, llegó otro obstáculo que me lo impidió, de nuevo, era un sin vivir. Y por si fuera poco, la odiosa de Victoria me estaba pidiendo que le hiciera un favor, bueno, pidiéndolo no, me estaba coaccionando para que hiciera algo que yo no quería hacer. No quería aceptar.

-Así que, ¿estás lista para ayudarme? -no barajó otra opción posible.

-La verdad es que ella... -empezó Anna.

Solo entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora