Capítulo 16

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Cuando leí esas cinco palabras noté un escalofrío recorrerme la espina dorsal. Levanté la mirada para buscarlo, pero no me llevó mucho esfuerzo, lo encontré nada más apartar la vista del teléfono. Si había utilizado tal adjetivo conmigo, seguramente fuese porque no se habría mirado al espejo al salir de casa. Estaba guapísimo, llevaba ropa de tonos más claros a los que solía utilizar habitualmente (y no le quedaban mal en absoluto), se había definido los rizos que anteriormente solo pude intuir que tenía, y para colmo, se notaba que acababa de afeitarse. 

No me dio tiempo a fijarme en nada más, ya que tardó tres segundos en situarse delante de mí. Iba a saludarlo con un abrazo, pero mi intento de saludo se vio reprimido cuando cogió mi cara entre sus manos y posó un dulce beso en mi frente. Tardé un segundo en darme cuenta de lo que estaba pasando, y para fingir que era una situación normal, posé mis manos sobre su pecho, justo donde tenía el corazón. No fue una buena idea, ya que al hacer contacto con él, noté cómo su corazón latía frenéticamente bajo mis palmas, lo sentí por toda la piel. No quité las manos de donde las tenía cuando terminó de besar mi frente, él tampoco se alejó, solo movió un poco la cabeza para que nuestras frentes quedaran totalmente pegadas, con mi nariz a tan solo un par de centímetros de la suya.

-Hola pequeña. -no tenía el suficiente campo de visión como para poder mirarlo a los ojos, así que dirigí mi mirada a sus labios, segunda mala decisión de la noche. Los dejó abiertos después de hablar, y a mí solo se me pasaba un pensamiento por la cabeza.

-H-hola. -susurré a milímetros de él. Cerró la boca y pude apreciar cómo se movió la nuez en su garganta al tragar.

-Vamos Bianca, que ya llegan. -me llamó Victoria. Menos mal que nos interrumpió, no sé qué hubiera pasado si nos hubiéramos quedado así un rato más.

-¡Voy! -dije con la voz algo tocada-. Luego hablamos. -anuncié mientras me separaba, él simplemente asintió y vi cómo volvió a entrar en la recepción.

Victoria nos cogió a Anna y a mí y nos colocó junto a ella cerca de la entrada. Cuando entró la escritora todos los presentes le aplaudimos con entusiasmo, los demás eran unos pocos invitados que habían sido seleccionados para este evento privado, nos habíamos encargado de que hubiera bastantes influencers para que nos facilitaran el trabajo de expandir la noticia que esa noche iba a ser presentada.

Ya estaban todos sentados esperando a ver la presentación cuando volví a ver a Leo (había estado perdido más rato del que esperaba). Como yo debía estar de pie porque era una de las organizadoras, me acerqué a donde él estaba.

-¿Había mucha gente en el baño? -bromeé, intuyendo que había ido allí. Pero él no se lo tomó así.

-¿Q-Qué? -pude apreciar cómo sus mejillas se tornaban de un color carmesí.

-Nada, era una broma -me acerqué a Victoria para decirle que me iba a ausentar unos minutos. No fue un problema, en ese momento no teníamos que hacer nada, solo escuchar-. Ven conmigo.

Lo llevé a la habitación en la que nos habíamos estado cambiando hace un rato, era muy improbable que allí nos fuera a escuchar nadie.

-Vale, hoy tenemos un problema.

-¿Un problema?¿Por qué?

-Porque toda esta gente tiene que creer que eres Javi. Y tienes que responder a su nombre.

-Tienes razón. Bueno, ¿Y tu amiga?

-Ann...es un caso aparte, ella tampoco te llamará por tu nombre.

-Vale, entonces no tenemos problema.

-Bueno, está Victoria, pero no creo que habléis mucho, ¿no?

-No lo creo, de todas formas si se dirige a mí cómo "Leo" no le responderé.

Solo entre nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora