And I tried to hold her
But it didn't really last long
And she's getting older
I guess she's gotta cut her blue hair off
Crossover de Percy Jackson y Harry Potter
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Su mirada se encontraba perdida en un viejo pedazo de papel de periodico que era arrastrado por la suave brisa que se escabullía entre las paredes de ladrillos del callejón que se encontraba detrás de un famoso bar, llamado "El Caldero Chorreante".
Lo primero que se le venía a la mente cada vez que le mencionaban el lugar, era lo deliciosos que eran los ravioles de champiñones que servían. Siempre acompañados con un helado jugo de duraznos.
El sonido de una varita de madera chocando contra los rojizos ladrillos de la pared, acompañados por el murmullo de la mujer a su lado, la despertaron de su ensueño de ravioles de champiñones y jugos bien fríos.
-Tres arriba... Dos horizontales...
La alta rubia dió tres golpes secos con su varita en ese punto exacto en la pared. Instintivamente, la más pequeña retrocedió dos pasos.
El ladrillo que había tocado se sacudió, luego se retorció y finalmente en el medio apareció un pequeño agujero, que comenzó a agrandarse con velocidad. Un segundo más tarde contemplaban un pasaje abovedado bastante alto. Un paso que llevaba a una calle con adoquines que serpenteaba hasta quedarse fuera de la vista.
La niña tragó duro con inseguridad mientras caminaban a través de él.
La última vez que había entrado al Callejón Diagon tenía seis años, y había tanta gente que se perdió y acabó chocando con un duende de Gringotts.
Nunca nadie la había mirado con tanta hostilidad.
La menor se removió incómoda ante el recuerdo, esperando que no le volviera a pasar algo similar esa vez.
La mayor aplaudió dos veces. La pequeña notó que los guantes de cuero marrón que envolvían sus manos ahogaban el sonido de sus aplausos.
-¡Oh, Callejón Diagon!, dueño de recuerdos tan preciados.- La mujer se giró a ver a la niña.- ¿Emocionada?
La pequeña rubia se encogió de hombros con un gesto pesado, notablemente incómoda. La mayor hizo una mueca, frunciendo el ceño ligeramente.
-Hay mucha gente...
-¡Por supuesto que hay mucha gente!- La mujer se arrodilló frente a la niña, quedando a su altura.- A todos se les olvidó hacer las compras para la escuela.
-A mi no.- respondió.- Te lo recordé millones de veces, Goldy también lo hizo. - Se cruzó de brazos, frunciendo la nariz.- se te olvidó a tí.
