And I tried to hold her
But it didn't really last long
And she's getting older
I guess she's gotta cut her blue hair off
Crossover de Percy Jackson y Harry Potter
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A eso de las doce y media se produjo un alboroto en el pasillo, y una mujer de cara sonriente, con hoyuelos, se asomó y les dijo:
-¿Quieren algo del carrito, guapos?
Harry, que no había desayunado, se levantó de un salto, pero las orejas de Ron se pusieron otra vez coloradas y murmuró que había llevado bocadillos.
-¿Vigilas que la casita de Canela no se caiga?- Ron simplemente asintió y Kiara también se puso de pie. Justo en ese momento Harry notó el colorido bolso que ella tenía escondido entre el terrario y su cuerpo.
Ambos salieron al pasillo.
Cuando vivía con los Dursley nunca había tenido dinero para comprarse golosinas y, puesto que tenía los bolsillos repletos de monedas de oro, plata y bronce, estaba listo para comprarse todas las barras de chocolate que pudiera llevar.
Pero la mujer no tenía Mars. En cambio, tenía Grageas Bertie Bott de Todos los Sabores, chicle, ranas de chocolate, empanadas de calabaza, pasteles en forma de caldero, varitas de regaliz y otra cantidad de cosas extrañas que Harry no había visto en su vida. Como no deseaba perderse nada, compró un poco de todo y pagó a la mujer once sickles de plata y siete knuts de bronce.
Kiara compró dos empanadas de calabaza y tres limonadas.
Una vez entraron, Ron lo miró asombrado mientras Harry depositaba sus compras sobre un asiento vacío. La rubia le extendió con una sonrisa la botella de vidrio amarillo.
-Te compré una limonada, si te gustan, ¿verdad?
-Eh, si. Gracias.- sonrió con las orejas coloradas. Luego volvió a ver a Harry.- Tenías hambre, ¿verdad?
-Muchísima -dijo Harry, dando un mordisco a una empanada de calabaza. Kiara también le entregó una botella. Él sonrió con la boca llena de comida.
Ron había sacado un arrugado paquete, con cuatro bocadillos. Separó uno y dijo:
-Mi madre siempre se olvida de que no me gusta la carne en conserva.
-Te la cambio por uno de éstos -dijo Harry, alcanzándole un pastel-. Sírvete...
-No te va a gustar, está seca -dijo Ron-. Ella no tiene mucho tiempo -añadió rápidamente-... Ya sabes, con nosotros cinco.
-Vamos, sírvete un pastel, tu también Kiara. -dijo Harry, que nunca había tenido nada que compartir o, en realidad, nadie con quien compartir nada.
Era una agradable sensación, estar sentado allí con Ron y Kiara, comiendo pasteles y dulces (los bocadillos habían quedado olvidados).
-¿Qué son éstos? -preguntó Harry a Ron, tomando un envase de ranas de chocolate-. No son ranas de verdad, ¿no? -Comenzaba a sentir que nada podía sorprenderlo.