And I tried to hold her
But it didn't really last long
And she's getting older
I guess she's gotta cut her blue hair off
Crossover de Percy Jackson y Harry Potter
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El suave y dulce aroma a mermelada recién hecha fue con lo que Kiara se despertó.
Cálidos rayos de sol se colaban por las ventanas. Los cristales de las mismas, los cuales estaban pintados a mano, lograban que la luz que provenía de afuera ingresara en la habitación como un suave arcoíris.
Kiara sonrió levemente, sintiendo una calidez que sólo su habitación podía proveerle. Se removió entre las suaves sábanas, sintiendo el peso y el calor de las tres mantas que tenía sobre ella. Sin quitárselas de encima, la niña estiró sus brazos sobre su cabeza, elongando hasta oír sus huesos crujir satisfactoriamente.
La rubia se sentó de golpe, volviendo a notar el dulce aroma que flotaba en el aire. Con una sonrisa se quitó las mantas de encima, bajando sus piernas de la cama y metiendo sus pies en unas suaves pantuflas con forma de dragón.
Tomó un suave suéter rojo de su armario y lo pasó sobre su cabeza. Sin detenerse para acabar de colocarse la prenda, la niña se encaminó fuera de su cuarto, dentro del pasillo y hasta las escaleras.
Bajó con cuidado, ya que eran escaleras de caracol y más de una vez se había caído por ellas; cuando llegó al final de ellas, saltó los últimos dos escalones, aterrizando habilidosamente.
Dando saltitos se encaminó a la cocina, donde su madre la esperaba de cara a la estufa, con una gran olla frente a ella.
-Buenos días alegría.- dijo la mujer, sin darse la vuelta.
La niña se acercó y le dió un fuerte abrazo por la espalda, estrujando el estómago de la mayor. Katherine dejó salir un quejido, y la alejó con un suave empujón.
-Hay té en la tetera...
Kiara no le prestó atención, tenía la vista fija en un plato que reposaba en la mesada, justo a la derecha de su madre.
-¿Esos son...?
-Tus favoritos, lo sé.- la mujer se estiró levemente y tomó un muffin de fresa y frambuesa. La mirada de Kiara se iluminó cuando su madre se lo extendió.- Las fresas y frambuesas están creciendo como locas, y ya no se que hacer con ellas. ¡Mira cuanta mermelada salió!
Kiara se acercó a la olla frente a su madre con curiosidad reflejada en su mirada. Era una olla bastante grande, casi era del mismo tamaño que la mitad del cuerpo de la niña, y estaba llena de un líquido rojo intenso que comenzaba a espesar, casi hasta llegar al borde.
-Vamos a tener mermelada para los próximos diez años.- bromeó la mujer.
Kiara rió levemente, emocionada ante la idea. Aunque su mermelada favorita era la de durazno, la niña no negaba que la de fresas podía competir por el primer lugar en su corazón.
Parándose en las puntas de sus pies, Kiara se estiró hasta llegar al estante donde su taza favorita la esperaba. La niña enredó sus dedos en el mango de la taza y la reposó en la mesa. Luego de dejar el muffin sobre una servilleta, la niña se sirvió una generosa cantidad de té negro.