Cap 3 - La fiesta

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Kie y yo nos montamos en el coche de nuestro padre para irnos a la fiesta.
Cuando llegamos ya habían algunas personas aunque tampoco eran muchas. Vimos a lo lejos como los chicos estaban detrás de un barril de cerveza mientras le daban copas a los que iban llegando.

-Joder chicas que guapas vais, ¿queréis? - dijo Sarah ofreciéndonos un vaso con cerveza.

-Gracias - dijimos Kie y yo a la vez tomando el vaso y nos reímos por ese momento de coordinación.

-Esto es demasiada belleza para mis ojos - dijo JJ acercándose a nosotras y pasando un brazo por encima de mis hombros.

-Ya, ya aunque tú tampoco te ves mal - dije quitándome el brazo de encima.

-Lo sé, y estoy seguro que está noche vas a caer rendida ante mi bonito atractivo - dijo con aires de grandeza haciéndome poner los ojos en blanco.

Nos quedamos todos juntos hablando de cosas sin importancia, hasta que mi cerveza se terminó y decidí ir a por algo más fuerte. Había que admitir que todo estaba muy bien montado, alguien había traído un equipo de música que estaba a un lado de la fiesta, y conforme llegaba la gente se iba llenando una mesa con muchas bebidas diferentes.

Me eché Ron con Coca-Cola y volví a donde estaba antes hablando con los chicos, aunque al llegar ya no había nadie así que me fui hacia la pista de baile que más bien era una zona donde la gente estaba bailando.

Una chica se unió a mí haciendo que nos moviéramos a la vez. Lo estaba disfrutando mucho, tanto que empecé a beber más, bebí una copa tras otra perdiendo la cuenta de todas las que llevaba.
Seguía bailando hasta que cuando fui a por la siguiente copa choque con un chico rapado rubio, de ojos azules bastante atractivo.

-Hola guapo, ¿bailas? - le pregunté posiblemente por todo el alcohol que llevaba en el cuerpo. El chico no respondió simplemente me siguió hacia dentro de la zona de baile.

Empezamos a bailar pegados, él estaba a mi espalda así que para provocarlo un poco comencé a mover mis caderas sobre su pelvis.

-Preciosa, no calientes la comida si no te la vas a comer - dijo él en mi oído mandando una corriente a través de mi cuerpo.

-¿Quién te dijo que no me la voy a comer? - respondí intentando sonar sensual.

En eso él me giró y me cogió de la mano llevándome a un sitio más apartado. Me arrinconó contra una pared y se quedó a centímetros de mi boca.

-Espero que estés lista para esta noche preciosa - dijo para luego estampar sus labios con los míos.
El beso era fuerte, apasionado y lleno de segundas intenciones.

Lo separé un poco cuando él empezó a besar mi cuello a lo que él gruño.

-¿Tu casa está cerca?

-Por suerte para tí, sí - volvió a juntar nuestros labios, me alzó en el aire a lo que tuve que enrollar mis piernas alrededor de su cintura para no caerme y sentí ahí su abultado miembro.
No sé cómo pero acabamos en su casa, en lo que supuse que era su habitación.

Me tiró a la cama, se quitó la camiseta e hizo lo mismo conmigo pero al llevar un vestido hizo que me quedara en ropa interior.
Empezó a trazar un camino de besos desde mi boca hasta mis pechos y justo en el momento preciso me quitó el sujetador para comenzar a besar y chupar mis tetas.
Siguió bajando hasta llegar a mis bragas, subió la cabeza un poco para mirarme y vi una mirada llena de lujuria y deseo.
De un tirón rompió mis bragas provocando en mi una corriente de electricidad por las ganas que tenía. Empezó a jugar con su boca y sus dedos haciendo que gimiera, estuvo así un rato hasta que no pude más y me vine.

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