capitulo 9

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Demasiado silencio

Mando estaba solo observando la nave y el salto al hiperespacio parecía alargar mi agonía.

“…entonces… ¿Qué paso con tu nave?”, intente preguntar, pero el parecía que se quedaría más tiempo callado.

“tuve algunos problemas”, respondió como si no quisiera y luego su mirada se desvió hacia mí.

“tu…credo…tu clan…ellos no pueden quitarse el casco ¿cierto?”, la pregunta parecía detonar algo en él y por cómo se acomodó en la silla algo me decía que sí.

“¿lo dices por Bo-katan? ¿acaso no eres mandaloriana?”, su pregunta fue más un interrogatorio y esperaba que no sacara su blaster.

“papá solía decir que quitarse el casco solo era para demostrar confianza entre las personas”, sonreí bajo mi casco y solo vi su visor mirarme casi como si no estuviera allí.

“dijiste que eras un expósito”, parecía confundido.

“lo soy, mi maestro y yo fuimos acogidos por el clan de mi padre… era una niña, pero siempre me decía que mientras menos personas vieran mi cara era más seguro para mí”, y era cierto, mientras los sith olvidaran como me veía, esta armadura era mi mejor opción.

No pude evitar recordar los momentos con ellos

Quería volver a aquellos tiempos…

Seguro que mi maestro me golpearía por comportarme más como mandaloriana que como maestra en la fuerza.

“¿ella te dijo que paso con tu familia?”, solté un suspiro por su pregunta, se notaba que tenía curiosidad.

“dijo que todos habían muerto, los últimos que quedaban pelearon en el preimperio”

“lo siento mucho”

“al menos murieron como guerreros”, quería creer eso, pero mientras más fuerte apretaba los puños más mando podía ver lo mucho que odiaba esto.

“este es el camino…”, murmuro y fue como una brisa fría que recorrió mi columna gasta la punta de mis cabellos.

“…iré… ya regreso”, me levanté rápido y me fui hasta la parte de atrás de la nave, me encerré en el pequeño cuarto quitándome el casco y limpiando mis lágrimas.

¿este era el camino?

¿debía seguir este camino?

La nave comenzó a tener turbulencia así que sequé mi rostro y corrí a la cabina solo para encontrar a mando tomando los controles y tratando de esquivar los ataques.

“¿Quién es?”, pregunte mientras me sentaba en la silla del copiloto y comenzaba a coordinar algunos botones.

“piratas…”, grito mientras intentaba maniobrar y al parecer lo estaba haciendo bien.

“iré a los cañones”, grite mientras salía de allí y me quedaba en la parte de las armas intentando quitarnos a los piratas.

Fueron momentos cortos de tensión hasta que logramos deshacernos de la nave, celebre con un pequeño gritito y escuche a mando maldecir en mando’a.

Despertando recuerdos buenos de lo que era ser un guerrero.

Este siempre había sido mi camino…

.
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Cuando llegamos al planeta para que mando pudiera pedir su recompensa, su aura tenía un color que desde que me hablo de otros mandalorianos parecía permanente, tenía duda.

Amor atrapado en carbonita (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora