capitulo 4

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Un año más tarde

—los propulsores están fallando —gruño Dan mientras intentaban estabilizar la nave. Los piratas intentaban derribarlos.

—¡DEANNA como lo practicamos! —la niña corrió hasta el compartimento y con un destornillador comenzó a reparar al droide y este al estar consiente comenzó a disparar a la nave haciéndole daños críticos.

—daremos un salto ¡sujétense allá abajo! —y antes de que pudiera acomodarse la niña se dio un golpe en la cabeza comenzando a reírse al momento siguiente mientras se acomodaba y escuchaba los gritos preocupados en binario del droide.

—estoy bien BR1, regresare arriba —gateando como llego se regresó solo para ser recibida por su maestro quien le acomodaba los mechones sueltos de la trenza de su cabello.

—¿Cómo estuvo eso allá abajo? —Deanna se sacudió la ropa para luego acomodarla.

—estuvo bien, BR1 estaba algo atascado —respondió animada la niña caminando de regreso a la cabina.

—ya todo está estabilizado, el droide estará reparando las cosas un momento —dijo Dan quien ya no usaba el casco y miraba con curiosidad a la niña. —Deanna ¿qué le paso a tu frente? —Dan se inclinó tomando el mentón de la niña y examinando como la parte de su frente sangraba de una extraña manera. El color no era rojo como se esperaría de un humano.

—creo que no me sujete a tiempo cuando dimos el salto —se disculpó colocándose ambas manos en la zona golpeada, Dan se paró de su asiento y busco el botiquín echándole un poco de spray en la herida.

De regreso al planeta Dan ya tenía claro el futuro para Deanna, tenía que entrenarla como una mandaloriana mas, como una pequeña expósito, mientras que Derrik como padre de la pequeña se enfocaba en que esta estuviera a salvo de los oscuros.

La niña trastabillo con sus propios pies y de cara al suelo.

—bien, de nuevo Deanna —Dan camino en círculos alrededor de la niña que se acomodara el pesado casco sobre su pequeña cabeza y volvía a apuntar al hombre con su palo volviendo a tomar la posición, tenía que hacer este entrenamiento sin usar la fuerza y lo que más le estaba costando es mantener su cabeza quieta mientras el pesado casco de beskar echo a su medida se lo permitiera. Derrik solo se quedaba a la distancia meditando mientras se mantenían ocultos en un pequeño clan de Mandalorianos en una pequeña luna lejos de Mandalore, el planeta principal.

Las cosas con el paso del tiempo parecían haberse calmado un poco con los Sith, por lo que sabía Derrik no quedaban muchos lores de la antigua guerra que supieran de la existencia de la niña y los que sabían que vivía no sabían exactamente como se veía y solo buscaban a "el niño de Troyk", la armadura de Beskar al menos podía repeler el sable de luz.

En la noche, mientras meditaba un susurro constante en la fuerza comenzó a desesperarlo, no podía ignorarlo; ojos se abrieron de repente cuando todo quedo en breve silencio y en su visión veía seres de baja estatura, verdes con orejas puntiagudas llamándolo.

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—entonces ¿crees que ellos pueden ayudar a Deanna? —la pregunta llego en tono bajo mientras ambos estaban en una pequeña habitación tomando el té que el maestro había preparado. El sol brillaba tan cálido sobre el cielo que calmaba el estado de ánimo del maestro.

—por ahora sí, para ellos la edad se maneja similar a la de Deanna, pueden ayudarla si yo llego a... —las palabras murieron en sus labios cuando el vaso de Dan toco la superficie de la pesa con fuerza.

Amor atrapado en carbonita (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora