Amor atrapado en carbonita (editando)

capitulo 2

5 años más tarde...

El maestro Derrik está acostumbrado con el paso de los años a dejar a la pequeña aprendiz sola en el planeta, incluso tenían un plan de emergencia por si algún intruso se llegaba a acercar, sabían que en algún momento las cosas llegarían a complicarse y no solo por el hecho de tener que ir por algunas provisiones para la nave, sino que también por tener esperanza en encontrar a algún exiliado de la orden.

—¡Maestro! —grito la niña con emoción, el paso del tiempo para ella estaba comenzando a funcionar de manera diferente, su cuerpo comenzó a crecer un poco más rápido luego de visitar algunos planetas y eso es mucho más peligroso, necesitaban buscar respuestas y hacerse de un equipo médico no era cosa fácil.

—Dea, ¿estás bien? —pregunto el maestro mientras tomaba asiento en la plataforma de aterrizaje y despeinaba los cabellos de la pequeña intentando examinarla usando la fuerza. Deanna había demostrado muchos dotes como su madre, haciendo que Derrik pudiera actuar en consecuencia a ello en muchas ocasiones, pero Uxia había tenido un crecimiento acelerado por la guerra además de que aprendía rápido.

—estuvo bien, medite mucho como me enseñaste —se notaba la emoción al decir aquellas palabras sentándose al lado de su maestro con sus grandes ojos llenos de curiosidad, su maestro siempre que salía le traía alguna cosa del planeta donde estuvo.

—bien, aquí tiene tienes —le entrego una pequeña cuerda con un colgante y en él un cristal pendular de color blanco.

—es...hermoso, pero... ¿qué es? —su confusión es grande mientras observaba con detenimiento el gran cristal, era la primera vez que veía algo como aquello.

—aun no puedo darte un sable de luz, pero esto. Tu madre tenía uno similar, de este lado de la galaxia se llama Kyber —la niña no dejaba de mirar el cristal y luego a su maestro.

—jamás mencionas a mamá —murmuro con cautela, sosteniendo el collar en su pequeña mano con fuerza, este emitió un leve brillo.

—creo que ya es hora, Dea —le tomo la mano a la pequeña. —tu madre... creció entre una guerra sin sentido —ambos comenzaron a caminar hasta la cabina. —igual que tu padre —la niña lo miro con asombro. —ambos eran enemigos, pero... él logro ver algo en Uxia, tu madre, que lo hizo cambiar de opinión sobre la guerra.

—¿y que paso? —pregunto aun sabiendo la verdad.

—lucharon por su amor, hasta que los lores oscuros supieron de ti —Derrik suspiro. —se creyeron con el derecho de tenerte, de usarte. —los ojos de Deanna se llenaron de lágrimas cuando Derrik le mostro una túnica oscura, las pequeñas manos de Deanna la sostuvieron. —tu padre y madre no querían que te usaran —los ojos de Derrik se volvieron melancólicos. —así que ayude a tu madre a salir del planeta, pero, ninguno de ellos lo logro. —la pequeña, abrazo la túnica sintiendo en ella una profunda emoción que supo corresponder, dejando que sus enredaderas se activaran en tono suave para luego apagarse.

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Con el paso de los años la pequeña estudiante se volvía más ágil en el uso de la fuerza, sintiendo la energía de su maestro a varios planetas de distancia justo como otros Troykianos e incluso la sanación era algo que ya no era agotador hacer.

Derrik logro dar con un sobreviviente de Troyk, un médico, en un planeta cercano de donde vivían, al llegar a la superficie Deanna miraba con emoción el planeta, lleno de vida.

—entonces ¿ella es de quien se habla tanto? —pregunto aquel doctor mientras veían a la pequeña a la distancia jugar con niños más pequeños que ella levitando una pequeña fruta.