𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙩𝙬𝙚𝙣𝙩𝙮-𝙩𝙝𝙧𝙚𝙚

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[ᴍᴏɴᴀᴄᴏ]
²⁰²¹

El departamento de Max se encontraba en uno de los pisos más altos de uno de los edificios más lujosos de todo el país. Un lugar, que a pesar de siempre tener consigo paparazzis, había resultado más privado de lo que me imaginaba.

Me estaba "hospedando" en uno de los complejos más céntricos del lugar, aunque apenas llegaban las primeras horas de la madrugada no dudaba en salir del lugar y subirme al auto del ojiazul para poder disfrutar de las pocas horas que podíamos pasar juntos.

—Ya casi es de día— dije, viendo de reojo como el cielo se tornaba de un azul cada vez más claro.

Max a mi lado hizo un ruido de afirmación, pero sus ojos continuaban cerrados y supuse que estaba aún algo somnoliento.

—Max— lo llame bajito, para no despertarlo abruptamente —Tengo que irme.

Abrió sus ojos un poco y me escaneó durante unos cuantos segundos, luego tomo mi cuerpo entre sus brazos y me estrechó contra él; reí y dejé que su calor me contagiara debajo de las sábanas.

—Ahora estas atrapada— murmuró y ví como había vuelto a cerrar sus ojos, sonreí y lo imite permitiendome relajarme un corto momento.

Pero no duro demasiado, o podría haber caido en un profundo sueño luego de pasarme gran parte de la noche despierta.

—Tu también deberías despertarte— dije sobre la piel de su cuello y alcé mis ojos para verlo aún descansar —La carrera.

—Al demonio con ella, prefiero estar aquí— me volvió a apretar contra él y yo rode los ojos disimuladamente.

—Tienes que ir— sentencie y por fin abrió los ojos, permitiendome verlos luego de una larga noche sin ellos.

Y si por mí fuera, me hubiese quedado en esa misma posición durante horas y horas teniendo la certeza de que él tampoco se iría lejos si así se lo pidiera.

—Bien— gruñó y cuando pensé que por fin podría levantarme e irme de sus brazos, Max me volvió a tomar e hizo que nuestras miradas se volvieran a conectar —Pero con una condición.

Fruncí el ceño, pero mantuve el contacto visual esperando a que siguiera con sus palabras.

—Que alentarás por mí— sonrió de lado y acercó su rostro al mío, no me moví ni un centímetro y bajé mis ojos a sus labios por unos segundos —Y yo ganaré por ti.

Alcé las comisuras de mis labios y yo también acerqué mi rostro, logrando que la distancia entre ambos fuese todavía menor.

—Nunca podría alentar por nadie más.

Antes de que él pudiera unir nuestros labios, moví mi cuerpo hacia atrás y por fin me levante de su cama para salir de allí en dirección al baño.

Diez minutos más tarde y ya habiendo tomado un baño que había logrado despabilarme de casi una noche entera en vela, salí en dirección a la cocina donde la imagen de un Max sin camiseta y de espaldas me recibió por segunda vez aquella mañana.

𝘽𝙖𝙘𝙠𝙨𝙚𝙖𝙩 | 𝙈𝙖𝙭 𝙑𝙚𝙧𝙨𝙩𝙖𝙥𝙥𝙚𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora