𝘽𝙖𝙘𝙠𝙨𝙚𝙖𝙩 | 𝙈𝙖𝙭 𝙑𝙚𝙧𝙨𝙩𝙖𝙥𝙥𝙚𝙣

𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙨𝙚𝙫𝙚𝙣𝙩𝙚𝙚𝙣

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"¿𝐂𝐨𝐧𝐟𝐥𝐢𝐜𝐭𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐢𝐥𝐨𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐝𝐁𝐮𝐥𝐥?"

Otra victoria va a la escuderia del Toro de la mano de la piloto Dolores Gonzáles, luego de una ardua lucha con el piloto principal de Mercedes. La chica le quito la posibilidad de romper el record de 92 carreras al presunto campeón mundial, quien termino en el segundo lugar por una diferencia de apenas dos segundos.

Y aunque todo el equipo estuvo allí para festejar junto a la chica, quien no se veía muy feliz en el podio de tercer lugar era su compañero de equipo, Max Verstappen.

Recordemos que esta es la cuarta victoria de Lola, mientras que Max ha obtenido apenas una y unos cuantos podios, debe ser difícil ser opacado luego de ser el favorito durante tanto tiempo.

Sospechamos que entre ellos la situación no debe ser la mejor de todas y que, hasta quizás, el chico estará feliz con la posible salida de su compañera a final de temporada, teniendo en cuenta que aún no tiene ningun contrato que le asegure la presencia en el 2021.

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Lo primero que siento cuando entro al cuarto del hotel son los labios de Max unirse a los míos, sonrío tontamente antes de responder y él posa sus manos a cada lado de mi rostro.

—Te quise felicitar luego del podio, pero Horner me quería en su oficina— dijo separándose un poco, por su tono de voz sonaba algo frustrado, así que negué con la cabeza para darle a entender que estaba bien.

—No es nada, yo tampoco tuve mucho tiempo libre luego— aclaré y ambos nos dimos un pausa silenciosa, en la que nuestros ojos analizaron con atención cada detalle del otro.

Sus orbes estaban tan azules que hasta con la tenue luz que entraba por la ventana junto a nosotros podia ver ese brillo característico de siempre; ese brillo que desprende cuando está feliz.

Ese brillo que poco a poco me hacia perder la cordura y que revolucionaba absolutamente todas mis emociones.

—Estabas hermosa hoy— me dice sonriendo de lado, ruedo los ojos con las mejillas rojas.

—¿Toda sudada y despeinada?— digo alzando una ceja, Max ensancha su sonrisa —Lo dudo mucho.

—Siempre estas hermosa— aclara, más bien sentencia, y ahora siento como mí corazón se acelera notablemente, ruego que no pueda escucharlo —Eres hermosa, Lola.

Me vuelvo a acercar a él para besarlo y no duda en hacer lo mismo, su manos me toman sin esfuerzo y levanta mi cuerpo del suelo; obligándome a enredar mis piernas en su cintura sin dejar de probar sus labios.

Torpemente camina hasta la cama donde me deja con cuidado mientras se posiciona encima de mí; y aunque solo nos estemos besando, nuestras respiraciones se vuelven demasiados pesadas y aceleradas, rogando por que algo más volviese a suceder entre nosotros.

Mis manos toman el borde de mi camisa blanca y no tardo ni cinco segundos en quitarmela y dejarle el camino libre al ojiazul para que pueda explorar cada parte de mí abdomen y mi pecho; besa y muerde con suavidad mi piel, robándome jadeos y suspiros desesperados por obtener un poco más.