𝘽𝙖𝙘𝙠𝙨𝙚𝙖𝙩 | 𝙈𝙖𝙭 𝙑𝙚𝙧𝙨𝙩𝙖𝙥𝙥𝙚𝙣

𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙛𝙤𝙪𝙧

[ꜱÁʙᴀᴅᴏ, 16 ᴅᴇ ᴍᴀʀᴢᴏ]
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Al sacarme la balaclava siento como una corriente eléctrica se mueve por todo mi cuerpo, la Q3 había acabado hace minutos y estaría iniciando en el puesto 7 en la carrera de mañana; un gran lugar para ser mi primer carrera.

Max había obtenido el cuarto lugar, delante de él estaba Vettel, Bottas y Hamilton en la pole position como era de esperarse. El desempeño de los hombres de Mercedes era increíble para ser apenas la primer semana de la temporada, pero sabía bien que en Redbull las mejoras a los autos y estrategias estaba incrementando notablemente; los directores de la escudería querían otro título mundial y lo querían pronto.

—Excelente trabajo Lola— Susan se acercó a mí con una gran sonrisa ofreciéndome una lata de la bebida energética para la que trabajo y sin dudarlo comencé a beberla, sabía que dentro del traje y el auto tendría calor pero las temperaturas a las que mi cuerpo había llegado eran casi inhumanas.

—¿Tenemos alguna entrevista ahora?— le pregunté a Nick cuando llego a donde nosotras, los tres comenzamos a caminar en dirección a la zona de descanso donde algunos de los demás pilotos ya se hallaban hablando entre ellos.

—Dentro de una hora habrá una pequeña rueda de prensa en el paddock, tienes tiempo para relajarte antes— me explicó y golpeó suavemente mi espalda, sonriendo —Lo hiciste muy bien hoy, mañana será un gran día.

Sonreí sin mucho más que decir, claro que estaba feliz por mi calificación y además por la buena práctica del día de ayer; pero dentro mío los nervios por la carrera de mañana estaban en una gran revolución y hasta faltando un día entero todo mi cuerpo temblaba de nervios.

No había comparación entre una carrera de las demás categorías como una de Formula 1, aquí el más pequeño error significaba quizás quedar detrás de todos los demás autos o en el peor de los casos, quedando fuera de la carrera por un accidente; tenia que ser no solo lo suficientemente rápida sino también estar con los ojos mas abiertos que nunca, tenía que demostrarles a todos que mi lugar entre los demás estaba bien merecido.

—¡Lola!— Charles me llamó una vez que estuvimos lo suficientemente cerca de los demás, sin darme cuenta había caminado de forma automática hacia ellos.

Cambie mi cara al instante y le sonreí aceptando su pequeño abrazo.

—Felicidades por el puesto 7— dijo Ricciardo al tiempo que acercaba una botella de agua a sus labios, por lo visto no importaba cuantos años llevarás haciendo esto siempre terminas igual de agotado.

—Gracias, el número 12 tampoco es algo malo— traté de animarlo, estaba segura que quedar fuera en la Q2 de tu homerace no era algo fácil de digerir.

—Meh— hizo una mueca y luego volvió a sonreír como era habitual —Tuve peores posiciones, gracias por intentarlo de igual forma.

—Al menos no estas en el puesto 19— habló George con cansancio, lo mire y puse ver el sudor de su rostro caer levemente antes de limpiarlo con una pequeña toalla —Las ruedas amarillas me jugaron una mala pasada.

Años atrás, cuando entré a la academia junto a los dos pilotos Ingleses, había tenido un pequeño gran crush con el más alto; el clásico caso de una chica que se enamora de su amigo y que éste claramente no siente lo mismo. El único en conocer este secreto era Lando, al que hice jurar por toda su familia que jamás le diría a nadie, especialmente a Russel.

Con los años, y luego de aceptar que él no sentía lo mismo por mí, el enamoramiento se fue tan rápido como llegó; pero nadie podría negar que esos ojos azules como el cielo no eran completamente hipnotizantes.