𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙩𝙬𝙤

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[ᴇɴᴇʀᴏ]
²⁰¹⁹

La única vez en la que me había sentido tan ansiosa fue hace ya dos años, cuando me encontraba disputando la final Europea de Formula 2 teniendo la misma cantidad de puntos que George Russel.

Acabé por ganar y llevarme el título, pero cinco minutos antes de la carrera me encontraba teniendo una crisis nerviosa en la que casi termino por abandonar la pista y esconderme debajo de mi cama.

Sin embargo, salí con la cabeza en alto y fingí que todo estaba perfecto mientras me subía a mi antigua monoplaza; si había algo que había aprendido en mis años de Piloto es que la confianza es una gran cualidad de los vencedores, incluso cuando ésta es completamente falsa.

Ahora, dentro del auto de Nick y frente a las oficinas de Redbull, mi capacidad de lucir confiada se veía frente a un mayor enemigo. Estaba a punto de descubrir cómo continuaría mi carrera, en minutos estaría sentada frente a uno de los hombres mas poderosos del mundo automotor oyendo si había logrado cumplir mi sueño de llegar a la máxima categoría de automovilismo o si debería volver a casa con las manos vacías.

Oh dios, ruego al cielo que no sea esta última.

El día se había vuelto aún más gris que ésta mañana y todavía más frío. Pasé mis manos por mis vaqueros y suspiré sonoramente, Nick apretó mi hombro en señal de apoyo y ambos bajamos del auto para caminar hasta la entrada principal.

Un poco del rocío de la lluvia cayó sobre mí cabello, pero no me moleste en preocuparme por eso; mi cabeza estaba tan ocupada e iba a una velocidad tan grande como la de los autos que suelo manejar, que mi cabello ahora mismo es el último de mis problemas.

Nos acercamos a una recepcionista y dejé que mi representante hablase por mí, mientras me mantenía algo alejada recorriendo el lugar a paso lento y observando todo a mí al rededor.

En las paredes que no eran de cristal colgaban cuadros con fotografías de todos los campeones que la escudería había tenido el placer se acoger, modelos de los autos mas icónicos en sus años de funcionamiento e imágenes de funcionarios importantes (ingenieros y presidentes ejecutivos en su mayoría).

-¿Lola?- me giré al escuchar llamar mí nombre.

-¡Alex!- sonreí en grande al ver al chico con una sonrisa acercarse a mí.

Habíamos competido varias veces en la misma categoría y lo había llegado a considerar un buen amigo dentro de la pista, no siempre teníamos la oportunidad de coincidir fuera de ella pero tener a alguien en quien confiar en un ambiente tan toxico como lo era aveces éste era algo que debía de apreciar.

-Por Dios hace tiempo no te veo, ¿Como estas?¿Como está tu familia?¿Qué haces aquí?- me bombardeó a preguntas luego de darme un corto abrazó y reí por la emoción en su voz, siempre me había gustado su capacidad de tener buen humor en cualquier momento del día.

-Estamos todos bien, Lio comenzó sus clases otra vez y está más emocionado que cualquier niño promedio que va a la escuela- reí, y es que por alguna razón que no comprendía a mi hermano le encantaba pasar tiempo en la escuela o hablando de ella.

O quizás era porque mi experiencia personal nunca había sido muy agradable, quizás era más normal de lo que pensaba pasarla bien en la allí y solo yo era la excepción a la regla.

𝘽𝙖𝙘𝙠𝙨𝙚𝙖𝙩 | 𝙈𝙖𝙭 𝙑𝙚𝙧𝙨𝙩𝙖𝙥𝙥𝙚𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora