Capítulo Trece

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NamJoon.

—Te lo estoy diciendo, Jackson, es una mala idea ¿Tener a Jin en las conferencias y cenas de recaudación de fondos de su padre? Es una receta para el desastre. Ese niño se va a romper.

Jackson apoyó sus brazos en el escritorio, sus dedos se juntaron al frente de su barbilla.
— ¿El niño se va a romper? Eres tú quien se ve demasiado herido, hermano.

No estaba equivocado. Nam estaba a punto de romperse, tenía los hombros tensos, su mandíbula doliendo por sus dientes apretados. Necesitaba una salida.
Algo más que golpear un saco pesado o hacer pesas con kilos adicionales.

Si Jin realmente hubiera pertenecido a Nam, en todos los sentidos de la palabra, Nam habría vertido toda esta energía y rabia follando a Jin, desarmándolo y recomponiéndolo, usándolo una y otra vez hasta que ambos estuvieran tan exhaustos como para pensar en el desastre en que se habían convertido sus vidas.

Pero él lo había terminado... porque era lo correcto por hacer, era lo inteligente por hacer. Necesario. Necesitaba terminar este trabajo; su hermana lo necesitaba para terminar este trabajo.

Pero todo en Nam gritaba que Jin lo necesitaba más. Por supuesto, eso podría ser sólo su polla hablando. Él jodidamente ya no lo sabía.

—Él lo lastimó— dijo finalmente, sin dejar de caminar a lo largo de la oficina de Jackson.

Eso captó la atención de su amigo.
— ¿Lo lastimó físicamente? ¿Viste eso?

Nam dio una única sacudida de cabeza.
—No, no lo vi, pero lo podría decir. Es abusivo. El tipo me dio carta blanca para quitarle lo gay a su hijo, no es un salto real pensar que le pondría las manos encima.

Jackson dio un profundo suspiro, pellizcándose el puente de la nariz entre el pulgar y el índice.
—Nam...

—No me digas que no es asunto mío, Jack. No voy a quedarme parado allí y ver cómo el maldito lo lastima— ladró Nam.

La cabeza de Jackson se levantó de golpe.
— ¿Crees que te diría que ignores algo como eso? ¿Soy esa clase de chico? Entré en este negocio para ayudar a las personas, para protegerlas. Pero tienes que tener cuidado.

—Cuidado— repitió Nam. 

—Sí, cuidado. Ese hombre es un senador estatal. Sí, es un hijo de perra y sí, la mayoría de la gente lo detesta, pero tiene alcance. Estamos en un estado muy peligroso. Él podría complicar mucho tu vida y la mía… no importa lo que él podría hacerle a su hijo. Si crees que te estás involucrando demasiado en esto, te buscaré otro cliente, uno al que seas menos probable de apegarse. Créeme, tengo muchos de esos.

Eso hizo que Nam se detuviera de pronto. No estaba renunciando a Jin. No podía confiar en que otro guardia lo fuese a entender, que fuese a saber lo que necesitaba. Eso no estaba pasando.

—De ninguna manera—, gruñó, golpeando sus manos en el escritorio.

La ceja de Jackson se arqueó.
—Toma asiento.

Nam quería decirle que se fuera a la mierda, él había sido el líder del batallón de este chico, pero en cambio, simplemente se dejó caer en la silla antes de pasarse las manos por la cara.

—Este muchacho ha pasado por suficiente. Su padre es un imbécil controlador abusivo. Sólo tiene una amiga de verdad—. Quién me odia, añadió silenciosamente Nam, sin estar seguro de por qué eso importaba. —Está solo y deprimido. No sé si es lo suficientemente fuerte para manejar estos eventos y mantener la calma.

—Ese no es nuestro llamado.

— ¿No puedes decirle al senador que será una pesadilla logística tratar de mantenerlos a él y a Jin seguros en estas funciones?

Embriagador||NJ|| ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora