❝yeosang, fuck love me!❞ ᝰ🏁 ፧ san + yeosang ፧

ᝰ'🏁 OO7.

✦ᝰ‘🏁 yeosang, fuck love me! ✦.◞♡°
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—Cariño, duele cuando tiras mi notas como si fuera basura. —susurro en el oído de Yeosang, el rubio dió un pequeño brinco por el susto al tener esa voz susurrándole al oído.

San se apareció sigilosamente detrás de él y eso lo asustó, porque no se percató que el último alumno en llegar a la clase mixta de la señorita Kim se trataba de San, que ahora estaba en el puesto detrás suyo sentado.

—No fastidies, necesito concentrarme. —esquivo lo dicho por San, recomponiéndose en su lugar y escuchando un bufido detrás de él, Yeosang se mordió los labios y baja la mirada sonriendo, era gracioso imaginar a San sintiéndose impotente por no lograr captar su atención.

Sin embargo, Yeosang no sabía que San bufó al notar que no había hecho la tarea que la señorita Kim asignó hace una semana.

Estaba muerto, era una asignación individual como todas las asignaciones que la señorita Kim manda hacer cada vez.

San estaba frustrado, debía inventar una excusa antes de que llamarán a su nombre. Es verídico que consiguió una excusa de tanto pensar, es San de quién hablamos.

San sabía cómo salvarse en momentos cruciales como ese.

La excusa de San se basa en el equipo de baloncesto, exige más horas para el entrenamiento debido a los juegos que se acercan y sí añade la última vez que tuvo que ir a trabajar, era una excusa perfecta. Tenía permiso especiales para estás ocasiones, se le daba más plazo para entregar las asignaciones.

Al salir de clases San sujetó de la muñeca a Yeosang sin dejarlo escapar. —Me ignoraste en clases.

—Lo sé, fue intencional. —se encogió de hombros Yeosang, no le importaba lo que pensará San acerca de él.

—¿Ya lo pensaste?

Yeosang frunció el ceño porque San hizo esa pregunta sin especificar, no quería contestar pero si no lo hacía no quería dar entender que su respuesta era un sí. Sabía que San era un experto en voltear las respuestas a su favor.

—No necesito pensarlo, mi respuesta será no, Choi San. —responde sin ser amable, su voz salió con repugnancia y su semblante no era mejor que se diga, se le estaba agotando la paciencia.

—¿Por qué no, cariño? ¿qué tengo de malo? —le cuestiona el de cabellos negros con esa mirada decaída e inocente.

El problema era todo Choi San.

Yeosang sonrió nada más, tragándose todas las palabras hirientes que quiso decirle para quitarse al chico de encima. San era persistente, aunque le diera una respuesta negativa seguía viniendo como si nada.

San sonrió de vuelta. —¿Cariño estás pensando que soy lindo?

—Lo único que pienso es el mal que tuve que hacer para tener que soportarte. —frustrado y malhumorado musita sin desvanecer esa linda sonrisa.

San no evita pensar lo lindo que es Yeosang al sonreír.

—Debes agradecer tal castigo impuesto, soy una bendición del cielo.

—Oh, claro que sí, eres mi mayor castigo por parte de los cielos, de eso no hay duda. —reconoció Yeosang con una sonrisa de fastidio mientras rodó los ojos.

El Choi no era tonto para no darse cuenta de que eso no era un halago, pero prefirió cambiar ese pensamiento a un "Yeosang debe gustar mucho de mí".