❝yeosang, fuck love me!❞ ᝰ🏁 ፧ san + yeosang ፧

ᝰ'🏁 OO5.

✦ᝰ‘🏁 yeosang, fuck love me! ✦.◞♡°
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—Por cierto, tu galán viene hacia acá.

Eso bastó para que el mundo de Yeosang se cayera en picada, era muy pronto para que San diera la cara para fastidiar.

Estuvo aliviado de no verlo por la mañana, pero después de conseguir la disculpa de San en su casillero supo que su momento de respirar en paz estaba limitado.

Wooyoung se levantó de su lugar y huyó, lo dejó en la mesa sin avisar, se fue el muy traidor de su amigo.

Yeosang sintió como sus oídos fueron perforados por un Cariño dulcemente dicho por parte de San.

—Cariño, ¿aceptas mi sincera disculpa? —pregunta con una expresión tranquila.

San era tan directo cuando le hablaba al llegar, las personas por lo general empiezan una conversación por un "hola", "buenos días", "¿cómo estás?" Era una simple cortesía que el Choi parece acostumbrado a saltarse al dirigirse a él.

—Antes de aceptar tu disculpa, deja de llamarme cariño. —contesta el rubio cruzándose de brazos con una mirada poco agradable.

No importa la mirada que diera, las palabras duras que dijera, San simplemente se hace el sordo, ciego y mudo cuando lo cree conveniente. Por lo tanto, es difícil derribar al Choi sin que al día siguiente le muestre los dientes en una linda sonrisa que detesta.

Que se crea muy lindo sonriendo es cansado, se la pasa sonriendo la mayor parte de las veces.

—No lo haré, la frialdad de tu corazón me lastima tanto, necesito un consuelo que me haga sentir cercano a ti. —se excusa riendo, para sentarse al lado del rubio, echa una breve mirada al tupper de cristal observando que no había pollo.

A Yeosang le había gustado y supone que a su amigo también le gustó. Estaba seguro que por lo menos se ganó el estómago del amigo de Yeosang, si era como lo sospechaba, tenía su favor para que Yeosang le diera una cita. 

—Es incómodo, lo odio.

San frunce el ceño y entrelaza sus propias manos arriba de la mesa, al final alza una ceja para dar una sugerencia. —¿Debería cambiarlo a mi amor o… mi novio? —pregunto en un tono burlón mientras sonríe cerrando los ojos.

Ese idiota otra vez colmando su paciencia.

—¡Por supuesto que no, idiota! —alza la voz sorprendiendo a San, joder, Yeosang era atractivo incluso perdiendo la paciencia, como su ceño se frunce y sus labios se mantienen en una linea recta junto a esas venas marcándose en el cuello por levantar la voz. 

¡Oh, qué atractivo!

—Auch, tenía la esperanza de que aceptarás. —murmura haciendo una mueca en su expresión. —Si sigues llamándome idiota te pondré una multa por los daños causados a mi frágil corazón.

—Y yo debería pensar en poner una denuncia por acoso a estás alturas. —le sigue el juego de una manera diferente y poco agradable para San.

—¡Yeo, cariño eso no! —finge estar asustado, bueno, no solo lo finge porque sí lo está. —Te demostraré que no soy un acosador, dame una oportunidad para llevarte a una cita y demostrar lo contrario.

—Diablos, ¡ya ríndete! No quiero una cita contigo. —niega, San se preguntaba porque Yeosang era tan tenaz en rechazarlo, a este paso tendría que volver a comprar helado para sentirse mejor.

A pesar de querer parar todo por ese día no lo permitía, su orgullo, su forma de ser criado le estaba recordando que nunca en su vida se rinde en algo que quiere.

Choi San era alguien que consigue lo que quiere, en el fondo se convencía que Yeosang sufría de una alta timidez.

O mejor dicho un alto rechazo a su persona.

—Pero, no entiendo… ¿por qué no tendrías una cita conmigo? —insiste persiguiendo a Yeosang que furioso empezó a caminar con pasos rápidos y marcados.

—¿Todavía preguntas? —espetó viéndolo por el rabillo del ojo, y se volteó en dirección de San para encararlo. —Porque no me gustas, eres un acosador y no me agradas para nada, Choi San.

San se tapó los oídos para no escuchar nada, todavía no tiene la autoestima reparada al máximo para ser rechazado más veces por el mismo chico.

—Cariño, si por romper mi corazón te pagaran ya serías millonario.

Esa mirada cabizbaja de San no lo iba a convencer, San no estaba triste, Yeosang estaba seguro de que alguien que se ama en creces y se auto elogia a sí mismo no saldría afectado así de sencillo.

—¡Entonces date por vencido de una buena vez, porque seguirá siendo así! —reclama cansado Yeosang, un poco nervioso de que San no desvíe la mirada ni colabore en dejarlo en paz.

—Dije que no, antes de rendirme prefiero romperme los huesos. —dice de vuelta San con mirada decidida.

Yeosang empezaba a entender unas cuantas cosas y una de todas esas, es porque San en específico es el actual capitán del equipo de basquetbol que todos alaban a diario. Choi San es inderrotable, no termina de caer cuando se levanta para la revancha. Era persistente hasta los huesos, no baja la mirada si no es para tender una trampa o idear un nuevo plan para arremeter.

—Solo has venido a que acepte tu disculpa ¿cierto? —pregunta el rubio con una expresión fatigada y San asiente con la cabeza repetidas veces. —De acuerdo, acepto tu disculpa, ahora aléjate de mí vista que no te soporto. —dice lo último con su voz profunda al cerrar los ojos para después abrirlos, si San se atrevía a volver a pedir esa cita lo iba a perseguir.

¿Él aceptando esa cita? Por supuesto que no, lo ha dejado claro desde un principio.

San sonrió, no consiguió una cita pero sí que el contrario aceptará su disculpa.

—Como digas mi rey, soy Choi San a tus órdenes.

Antes de que Yeosang pudiera usar sus palabras en su contra San se volvió a tapar los oídos con la palma de sus manos y se fue lo más rápido que pudo.

San se rió cuando estuvo lejos de la vista del rubio y en una posición de ganador pensó en las sabias palabras de su padre "Entre más difícil sea el desafío, mejor es la recompensa" o las palabras de su madre cuando le decía "Eres mi campeón y un campeón nunca debe rendirse a los retos"

Ser rechazado repetidas veces por una persona no era normal para él.

Era nuevo, un sentimiento abrumador que iba conociendo.

En fin, no le importaba. Es algo divertido y ver al rubio perder los estribos era fascinante.

¿Cuántas veces más sería rechazado?

De alguna manera se emociona por saberlo, cruzó sus brazos detrás de la cabeza y se dispuso a caminar al gimnasio de basquetbol, su día aún no terminaba.

Un entrenamiento agotador con su equipo le espera.