Capítulo 10

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NIRA

—¿Donde vamos? —pregunta Lo'ak, cansado de ser arrastrado por mi a través del bosque.

No respondo, en cambio miro alrededor sujetando la cuerda atada a las muñecas del pequeño de los Sully en busca de algún peligro.

—Vamos con mi hermano —sigue hablando él como si hubiera descubierto algo relevante. —No va a acogerte, no podría hacerlo aunque quisiera.

Bufo, parando en seco para mirarlo.

—Cállate de una vez.

—No puedo decir que me sorprenda, los últimos días se os veía muy unidos. Hasta padre lo notó —continúa Lo'ak con su tema.

—No estamos unidos —replicó frunciendo el ceño.

—No te juzgo, sé que los maravillosos genes que tenemos son adictivos —se burla con una sonrisa —. Pero no le gustas, no te va a acoger, no le importas tanto como para sacrificar a su familia por ti. Grábatelo en la cabeza.

Intento que sus palabras no me afecten, no lo hubieran hecho hace dos meses. Pero inexplicablemente ahora lo hacen, y no puedo evitar pensar que tiene razón.

Alguna especie de dolor me recorre pero me obligo a ignorarlo.

—Por mi puede que no, pero yo de tu no estaría tan seguro de el valor que tiene la familia para él —digo intentando poner una expresión neutra.

Lo'ak hace una mueca, sin entender.

—¿Que insinúas? Neteyam es más leal que cualquiera —escupe ahora ya más alterado.

—Pero algunos dicen que el amor puede con todo...

Sonrío con malicia ante la expectativa de su cara en ruinas.

—Él no te ama.

—A mi no —confirmo sin borrar mi sonrisa.

Las barreras de Lo'ak se rompen, y es como si un puzzle en su mente por fin se hubiera conectado. Me mira con confusión, pero estoy segura de que sabe exactamente a lo que me refiero.

Y podría haber disfrutado mucho más de este momento si no me hubiera visto obligada a sacar mi cuchillo. Los pasos que llevo tiempo oyendo se hacen más presentes y me pongo en posición defensiva. 

Lanzo un cuchillo hacia un arbusto y un quejido suena en respuesta.

Bingo.

—¡Nira! —llama una voz conocida.

Y todo pasa muy rápido; Inut, Mai y... ¿Teikai? aparecen de la nada, y este último sujetándose el brazo que gotea sangre.

Me olvido de Lo'ak y corro a abrazar a Inut. 

A la mierda lo de ocultar los sentimientos, a mi mejor amigo no debería privarle de eso.

Y, aunque no estamos acostumbrados a darnos abrazos, él me aprieta entre sus brazos con fuerza. Apoyo mi cara en el hueco de su cuello, notando como él se relaja contra mi.

Sonrío y casi se me caen las lágrimas. Están aquí, están aquí por mi. Una sensación de alivio me recorre entera.

Me separo de Inut y observo a mi alrededor; Mai está amenazando a Lo'ak mientras este le hace caras raras, Teikai nos mira con algo extraño en sus ojos y Inut me sonríe con complicidad antes de mirar a su alrededor también.

—Pido un cambio de niñera, por favor —dice Lo'ak mirando con agotamiento a Mai.

Suelto una risita. La verdad es que aún sigo pensando que Lo'ak es un grano en el culo, solo que ahora creo que es algo divertido.

Pero luego me doy cuenta de que alguien no me cuadra.

—Mestizo —me giro en dirección de Teikai con una mirada dura en el rostro.

No le doy tiempo a que me devuelva la sonrisa, un segundo después estoy detrás de él con un cuchillo en su cuello.

—Un placer para mí también. —Sonríe Teikai y yo aprieto más el cuchillo en su cuello.

—¿Que hace aquí? —les pregunto a los hermanos.

—Es que me apetecía mucho volver a verte, Nira —dice Teikai con sarcasmo.

Dios, ¿no se calla nunca?

—Ha venido con nosotros, suéltalo —ordena Inut.

—Es el espía de mi padre —respondo yo sin entender porque no me dan la razón.

—No lo es.

Inut avanza un paso mientras Mai lo analiza todo con una mirada divertida.

—No me fio de él.

—No hace falta, fíate de mi. —Me toca el brazo donde tengo el cuchillo y lo aparta delicadamente.

Me dejo porque de momento no me ha dado motivos para desconfiar de él.

—Ahora que se permite respirar, dejadme recordaros que quieres su cabeza. —Teikai me señala como si nada hubiera pasado.

***

—¿Donde vamos a ir? —me pregunta Inut.

—Pensaba ir con...

—¿Con los na'vis del agua? —acaba mi amigo mirándome con sospecha.

Estamos apoyados en un árbol grande, alejados de los otros.

—Podrían ayudarnos —me excuso con un hilo de voz, pasándome una mano por la cara.

Me da hasta vergüenza mirarlo después de decir eso.

—Podríamos decirles que quiero matar a mi padre —digo ya con voz más firme.

—¿Y es eso verdad?

—¿El que?

—Que quieres matarlo —aclara Inut rodando los ojos.

—Si —digo con determinación. —Voy a tomar el mando de los Ayuura y a acabar con esta estupida guerra.

Él suspira, apoyando su cabeza en el tronco del árbol. Yo lo imito.

—¿Que viste en los Metkayina que era tan impresionante? ¿Que te hizo querer luchar por la paz? —me pregunta Inut cerrando los ojos.

—Solo vi algo por lo que valía la pena luchar —respondo sin querer dar muchos detalles.

Nadie dice nada. No hace falta. Sé que Inut va a luchar a mi lado pase lo que pase pero realmente quiero saber algo. Algo que llevo guardándome desde que han llegado.

—Voy a preguntarte algo, y vas a responderme con sinceridad —ordeno viendo como se incorpora y me presta atención.

—Dispara.

—¿Porque debería darle una oportunidad a Teikai? —le pregunto directamente.

Noto como Inut se tensa y aguanta la respiración, sin querer delatar nada en su mirada. Él aparta la mirada como si estuviera avergonzado.

—Respóndeme.

Traga saliva antes de acatar mi orden.

—Yo solo... Él no es como crees, no nos traicionará... No lo sé...

Observo como sus palabras intentan ocultar la verdad que sé hace mucho tiempo.

—Esa no es una respuesta —digo firmemente. Supongo que realmente esperaba que ante la oportunidad de sincerarse, lo haría. He sobrestimado sus capacidades para demostrar sus sentimientos. —Lo sé, Inut.

Su mirada refleja perplejidad, pero sobretodo culpa. Y eso es lo que hace suavizar la mirada.

—Yo... Lo siento.

—Tranquilo, no eres el único aquí que ha traicionado el compromiso. —Le sonrío con ironía.

De hecho, creo que ambos lo habíamos roto antes de querer a alguien más.

Chica de CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora