Capítulo 08

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NETEYAM

Observo como Tsireya recolecta ostras de la orilla mientras el viento le soba el cabello. Lo'ak tiene suerte de tenerla a su lado, aunque puedo decir que se la merece después de todo lo que ha pasado con papá.

—¿No deberías estar planeando el siguiente ataque con papá? —me pregunta Lo'ak sentado a mi lado en la arena.

—Me ha echado hace un momento —respondo sin dejar de mirar el mar.

—¿Porque?

—Por sugerir un contrato de paz —contesto bufando con ironía.

No lo he entendido, ¿no se supone que la paz es lo que buscamos?

Lo'ak suelta una carcajada de repente.

—¿Te han mandado a la calle por querer paz en medio de una guerra intermitente? —se ríe Lo'ak.

—Si.

—Serán gilipollas —bufa mi hermano aun riendo.

No contesto, me limito a levantarme para dar un paseo.

Desde hace días que mis pesadillas se han convertido en sueños eróticos con Nira, solamente pienso en sus labios sobre los míos y en la forma en la que nuestros cuerpos encajaban tan perfectamente en medio de aquel bosque.

No voy a dejar de culparme por permitir que ocurriese, pero tampoco lo lamento del todo.

Y, sin previo aviso el sonido del cuerno de guerra llega a mis oídos como si de una muerte segura se tratase.

Parece que al final sí que tomarán represalias por haberles robado a la princesa un par de semanas.

Corro hacia la playa sin dudarlo en busca de Lo'ak y Tsireya para ponerlos a buen recaudo. El ruido de los gritos de soldados inundan mis sentidos mientras corro mirando hacia todos lados.

Lo'ak no está.

—¿Donde está Lo'ak? —le pregunto a Tsireya con preocupación en la voz.

Me mira y veo como un mar de lagrimas se desliza por su cara.

—N-no se —tartamudea soltando un gemido.

Mi mirada se suaviza un poco mientras la cojo del brazo y me la llevo de la playa.

—¿Que ha pasado? —pregunto suavemente, aunque no soy capaz de estar tranquilo del todo. Ni siquiera para ella.

—Fui un momento al bosque para buscar a mi madre y cuando volvi Lo'ak ya no estaba. Pensaba que de había ido hasta que me fijé los ikranes rojos que se alejaban y... —Se le rompe la voz y empieza a llorar.

Su mano cubre su boca con intención de disminuir sus temblores pero no lo consigue.

Y la calma se acaba cuando Tonowari entra con mi padre a la habitación y nos miran a ambos con  los ojos entrecerrados.

—¿Donde esta tu hermano? —me pregunta mi padre.

No tengo ni la mas remota idea de que responderle.

[...]

NIRA

Sonrío cuando él se queja de dolor después de haberle clavado un cuchillo en la pierna.

—¿Vas a matarme? —pregunta Lo'ak escupiendo sangre en el frio suelo.

Suelto una pequeña risa.

—Si quisiera matarte ya 2 cuatro metros bajo tierra —respondo mirando mi puñal ensangrentado.

—¿Y que es esto entonces?

—Puedes llamarlo mi venganza personal —Sonrío con malicia.

—Nosotros no te hicimos nada —replica Lo'ak.

Estoy a punto de soltar una fuerte carcajada hasta que veo a mi padre entrar en la sala.

—No vas a matarlo —dice mi padre al contemplar esa característica mirada en mi cara.

—No voy a obedecerte, no en esto —sentencio levantando la mirada de la hoja afilada de mi puñal.

—Soy tu superior.

—Y yo merezco mi recompensa —replico aun sabiendo que sus palabras son muy ciertas. —No voy a quedarme encerrada aquí hasta que a ti te plazca, soy libre.

—Eres mi soldado, obedecerás lo que ordeno aunque te pida que te rajes la garganta —escupe padre enfadado.

Me tenso en cuanto da largas zancadas hacia mi y me coge del cuello, cortándome un poco la respiración.

—Soy tu hija —le recuerdo con la respiración entrecortada.

—Eso no supone ninguna diferencia para mi —responde con desdén.

Y creía que siempre había sido consciente de eso, pero viendo como me duelen sus palabras creo que pensé que había una parte de él que si me amaba.

No. Puedo. Respirar.

Me niego a hacerle saber que me ha hecho daño, ya sea con su mano o con sus palabras, así que me quedo quieta esperando ahogada a que me suelte.

Por fin da un paso hacia atrás con desdén en su mirada y les hace una señal a los guardias.

—Si no vas a obedecerme entonces eres mi enemiga. ¡Atrapenla! —grita mi padre y los na'vi que antes luchaban conmigo, ahora vienen hacia mi con intención de matarme.

Padre deja la sala, dejándome a la merced de la muerte.

Sin perder el tiempo, lanzo un cuchillo con cada mano, dándoles a ambos guardias en los ojos y haciendo que caigan desangrados en el suelo.

Voy a recoger los dos objetos afilados rapidamente antes de mirar otra vez a Lo'ak;

—Tu te vienes conmigo —señalo a Lo'ak mientras me apresuro a desatarle.

—Parece que tampoco te quieren aquí, chica —murmura con odio.

—Te lo creas o no, las dos semanas que pasé con
los Metkayina fueron las mejores de mi vida —respondo acabándolo de desatar.

—¿Entonces porque querías venganza? —pregunta él confundido.

Suspiro antes de responder, mirandolo a los ojos;

—Por lo que me esperaba aquí al volver.

Chica de CenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora