LAZOS

5_PRIMER BESO

5_PRIMER BESO

Las fotografías de Samuel habían resultado geniales y la revista las había hecho lucir. Beatriz había insistido en que la revista reconociera la autoría de Samuel de las fotos y así lo habían hecho. Incluso Cayetana, que aún estaba dolida por la sucia jugada de Teo, había felicitado a su amigo por su trabajo.

Carla había guardado un ejemplar de la revista, no porque ella o su familia apareciera en ella, sino porque el buen trabajo de Samuel estaba plasmado en ella. Pero la tendría bien guardada. No quería preguntas al respecto. Solo le faltaba que Polo le preguntara porqué guardó esa revista cuando suele tirar todas las demás. Lo cierto es que a Carla no le interesaba aparecer en medios de comunicación o dar cierta imagen, solo lo hacía porque hacía felices a sus padres, aunque no a ella.

Carla había felicitado a Samuel cuando lo vio en Las Encinas después de publicada la revista. El aceptó sus felicitaciones, pero Carla pudo notar cierta incomodidad de su parte. Y ella intuía la razón: a él no le había gustado como ella no defendió a Cayetana ante la jugada de su padre. Pero ella no hubiera podido hacer nada ¿cierto?

Había sido criada para confiar siempre en su padre y en sus decisiones. Su padre no siempre era agradable pero siempre quería lo mejor para su familia...incluso ella misma no podía estar totalmente segura de eso.

Su padre siempre la había educado para ser fuerte y para tener el control de la situación. Le había inculcado que ella nunca sería una niña común y corriente. Que debía estar por encima de los demás para ocupar de forma correcta el rol que le correspondía.

Recordaba como esas expectativas la convirtieron en una niña diferente al resto. Cómo su padre le decía que Cayetana era diferente a ella porque jamás entendería la función de Carla. Y en algún punto Carla pudo entenderlo. Veía como en esas aburridas reuniones sociales ella estaba junto a sus padres recibiendo a los invitados y sonriendo cuando ellos le hacían algún halago vacío y superficial, que en realidad era un halago indirecto para Teo y Beatriz.

Hacía poco que había conocido a su prima y habían jugado en un par de ocasiones, pero Teo siempre le señalaba que ella y Cayetana tenían cosas en común peor había grandes diferencias. Su padre lo decía como si en esa comparación fuera su prima la que terminaría perdiendo. Carla miraba como ella estaba junto a sus padres con su impecable e incómodo vestido y luego miraba a Cayetana que sonreía y corría con otros niños de la reunión. Ella reía a carcajadas y corría por todos lados. Incluso a su moribundo abuelo le parecía algo adorable. Sus tíos Luis y Mónica a veces jugaban con la niña sin importarle las miradas hostiles de otros acartonados adultos. Para Carla fue tan extraño ver eso, tan distinto a lo que ella estaba acostumbrada.

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Las fotografías de Samuel que la revista había publicado le habían dado una mínima fama, por lo que habían comenzado a llamarlo para realizar otros trabajos como fotógrafo. Esta vez lo había contratado Ventura Nunier. Quería que Samuel tomara fotografías del nuevo edificio que su empresa estaba construyendo. Ventura le había dado ciertas instrucciones sobre lo que quería ver en las fotografías, pero le dio a Samuel vía libre para que tomara fotografías extra que el considerara adecuadas. El propio criterio de Samuel había resultado con las fotos de los marqueses.

Samuel decidió enfocarse en los obreros que trabajaban en la construcción. Ya había tomado fotografías del propio Ventura, junto a sus socios. Tomó fotografías de la maqueta del edificio cuando sea terminado para que sirviera para comparar con lo avanzado de la construcción. Sin embargo, Samuel pensó que también debía tomar fotografías de los obreros, los cuales suelen ser la parte ignorada en este tipo de cosas, lo que lo molestaba porque ellos eran fundamentales y también merecían reconocimiento.