Atrapada.

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Pov T/n.

Son las 05:00 AM, no he dormido casi. Toda la noche madrugada estuve pensando en la chica que tengo a mi lado y en lo bien que me siento abrazándola. Sus brazos se aferran muy fuerte a mis caderas pero sin dejarme sin aire, su cabeza descansa en mi pecho y su respiración es normal. Con mucha delicadeza tomo el mechón que cae por su mejilla para colocarlo detrás de su oreja, tiene un rostro perfecto. Sus pestañas son tan largas y bonitas, sus lunares están en la posición perfecta y todo lo que veo es sumamente hermoso. No siempre miro a mis amigas así, pero hay algo con ella que me lleva a hacerlo.

Ya no somos personas extrañas, estamos creando una amistad y me siento más tranquila por ello ya que se sentirá más cómoda viviendo aquí.
Mis amigos pensarán que estoy saliendo con ella, me molestarán y está bien, siempre me hacen reír sus ideas locas, sólo espero que no hagan nada frente a Lizzie.

Siento que decidí quedarme despierta por miedo a que vuelva a sentirse desprotegida. Cuando dijo que había escuchado ruidos, por un instante creí que eran esos hombres que venían por mí. Han pasado años y aún así estoy alerta, la realidad es que no sé si realmente vendrán por mí.

No haber salido por la noche me hace sentir rara, como si le hubiera fallado a todas esas mujeres que siguen en peligro pero, Lizzie con su presencia me hace entender un poco que he hecho algo bien.

- No... por favor... no -susurra Elizabeth con el ceño fruncido- Déjenme en paz -se inquieta y trato de calmarla.

- Shh, estás bien.. -acaricio su espalda- Todo está bien -la aferro más a mi e intento darle toda la protección. Me encantaría quitar ese miedo de su ser, no merece pasarla mal.

La veo calmarse y respiro aliviada, me alegra un poco estar a su lado en estos momentos. La necesidad de protegerla sigue creciendo, aún no encuentro el motivo, hablaré con Hailee al respecto.

Minutos después pensando en todo, se me ocurre hacer un buen desayuno para ambas y traerla a la cama. Sonrío al imaginar el rostro de felicidad de Lizzie y me anima a continuar con mi idea. Me desligo lentamente de ella, me lavo la cara, me cepillo los dientes y con mucho cuidado cierro la puerta de la habitación.

Preparo café, panqueques, jugo de naranja y huevos revueltos. No sé si es exagerado, pero ya está, lo hice sin pensar tanto. En el segundo de terminar y colocar las cosas en una bandeja recibo una llamada.

- Buen día, creí que no me contestarias -soltó una risita.

- Mark, buen día -sonrío. Mark es como mi mejor amigo, a veces es muy idiota con las mujeres y sigo buscando la manera de cambiar ese chip que ha tenido durante mucho tiempo.

- ¿Qué tal te ha ido anoche? -bueno, todos saben que trabajo por las noches así que, es normal que me lo pregunte.

- Mmm, ayer me quedé en casa -dije nerviosa- Y tú, ¿por qué me llamas tan temprano?

- Es extraño que te quedes en tu casa, ¿pasó algo? Y lo otro, conocí a una chica y estuvimos juntos la noche anterior, hoy se le ocurrió echarme de su casa, ¿puedes creerlo? Es tan temprano y yo voy caminando para mi departamento. -agradecí un poco a la chica desconocida y solté una risita.

- Nunca vas a cambiar, ¿no? -niego con la cabeza sonriente.

- Nunca -suelta una carcajada- Ahora, ¿estás bien?, ¿qué pasó? -no quiero que nadie sepa aún que Elizabeth se está quedando conmigo. Prefiero guardarla para mi un poco más.

- Estoy bien, ayer sólo quería aprovechar y descansar.

- Mmm, no te creo.. Pero bueno, ¿vas al bar esta noche?

Aunque no sea conmigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora