Aunque no sea conmigo.

Esperar un milagro.

Pov t/n

Han pasado 4 meses, sí, y estoy increíblemente feliz con mi vida nueva. Tengo una novia hermosa que ha superado sus miedos, tengo amigos que me llenan de felicidad y he conseguido un trabajo en una banda. Soy guitarrista, ¿lo pueden creer?

Dejar la vida que tenía me costó, porque sentía que debía salvar a todos, y realmente me encantaría seguir haciéndolo, pero no me daba cuenta que me estaba perdiendo... Estaba perdiendo muchas cosas.

Lizzie me había pedido que por favor dejara de hacer lo que hacía, pero no por mala, sino porque hace 3 meses atrás tuve una pelea que casi me mata. Mi novia se levantaba todas las noches desesperada, sólo porque me recordaba casi muerta en el suelo, y no quiero que vuelva a pasar. Creí ser un héroe, y no lo soy.

Hoy quiero llevar a mi chica a un restaurante muy hermoso y elegante. Le quiero comentar que he conseguido la casa que deseábamos tener y también  que le he conseguido un local para que ella pueda hacer su propia cafetería. La amo tanto, y amo todo lo que está pasando en mi vida.

Ahora estoy llegando a casa, voy a la plaza todas las mañanas para ejercitarme un poco, todo es tan nuevo.

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Ingreso lentamente y veo a una rubia preparando el desayuno. Tiene una remera holgada, no es tan larga que digamos, puedo ver su ropa interior.

- Hola, ¿te gusta lo que ves? -está de espaldas, ¿cómo lo supo?

- ¿Cómo supiste... -suelta una risa y se da vuelta con su mirada profunda.

- Soy una bruja -susurra y se acerca lentamente. - Dios, estás tan... -su dedo índice baja por mi abdomen- Mojada -mi respiración deja de ser normal y mi garganta se seca.

- S-sí, yo... tengo que ir a ducharme -sus pupilas están dilatadas y su sonrisa me está matando.

- ¿Puedo hacerlo contigo? -levanta un poco mi camisilla, sus manos se pasean por mi piel.

- Suena interesante, pero sabes que la última vez llegaste tarde al trabajo -ella me sigue poniendo tan nerviosa.

- Bueno, tengo una noticia... -me quita la camisilla. - Hoy pedí permiso -sus ojos viajan por todo mi cuerpo desnudo.

Tomo un puñado de su remera y la empujo hacia mí. - Estoy sudada, ¿no te importa? -susurro sobre sus labios.

Lizzie se acerca a mi oído. - Me excita cuando te encuentras así. -baja hasta mi cuello dejando un beso mojado y suelto un pequeño gemido. - ¿Vamos al baño? -me observa y asiento sin perder otro segundo más.

A veces ésta mujer me sorprende tanto. Un día parece un angelito, y hay otros como éste en donde es el mismísimo diablo.

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Me estoy preparando para ir a aquella cena con mi linda novia. Ella ha decidido quedarse en casa de Hailee porque mi amiga siempre la ayuda con sus vestidos, maquillaje, accesorios, etc.

Me siento tan afortunada porque es la primera vez que le doy una oportunidad al amor y todo va excelente.

Recuerdo la primera vez que Lizzie me hizo una escena de celos y reí porque al final el chico que me estaba hablando era gay y quería el número de Mark. Esa noche no la dejé de molestar, y aceptó que había hecho el ridículo.

Admito que yo también soy celosa... Recuerdo que sin querer derrame una copa de vino en el pantalón de un joven. Ups, me tropecé.