Aunque no sea conmigo.

Lo que realmente sucede.

Pov T/n.

Estamos en un taxi yendo a casa, ambas estamos algo inestables para conducir a éstas horas.

Vanessa se encuentra a mi lado, algo callada, porque después de haberme preguntado si quería que me besara le pedí que volviéramos a casa.

Mi mente ahora mismo está trabajando mucho más de lo que debería. Ella es una persona increíblemente hermosa en todo sentido, y una vez más digo que es muy atractiva.

La observo y su perfil perfecto me llama la atención. La forma en la que sus pestañas decoran sus ojos, sus bonitos labios que siempre se ven hidratados, los parpadeos continuos...
Acerco mi mano con cuidado a la suya, temiendo a que me rechace. Sus ojos se fijan en mi tacto y luego me observa confundida. Yo también lo estoy.

Mis dedos se entrelazan con lentitud junto a los suyos, y siento una pequeña emoción dentro de mí, es como si volviese a mi yo de pequeña tomando la mano de la primera niña que me había gustado.

Nos quedamos así en todo el trayecto, en silencio, pero nuestros dedos jugaban, se acariciaban, se estaban conociendo.

Lizzie no hizo las cosas bien conmigo, y me molesta tanto culparme por estar sintiendo felicidad cuando estoy con Vanessa. Definitivamente Elizabeth me rompió la cabeza.

Unos minutos después llegamos a casa e inmediatamente ingresé dentro y no perdí tiempo para quedarme en el baño, mirándome un poco y buscando la manera de calmarme, de entender qué estaba sintiendo.

- Tú puedes ser feliz -me susurro mirándome al espejo. - Date la oportunidad, no vuelvas al pasado. -no estoy en mis cinco sentidos, y eso me ayuda un poco a atreverme.

- T/n -escucho que ella golpea la puerta con suavidad. - ¿Te encuentras bien?, ¿necesitas algún té? -pienso en como me cuidó desde el día uno, en la alegría que siento cuando estoy con ella y, aunque no haya olvidado de todo a Elizabeth, Vanessa me hace sentir segura. No puedo dejar ir esto. - Oye, me preocup... -abro la puerta sin decir nada, la encuentro con el rostro preocupado, pero luego se relaja. Mis ojos viajan por todo su rostro y quedan varados en su boca. - Hey, pensé que... -la interrumpo besando sus labios. Mis manos toman el lugar de su cuello y la atraigo para profundizar aquel beso que sí quería desde hace rato. Realmente lo quería.

Sus manos viajan por mi cintura y logra que mi cuerpo choque con la puerta del baño, lo que hace que suelte un pequeño gemido. La siento sonreír y eso me deja un poco más loca de lo normal.

Sus labios son suaves, y su lengua que ha ingresado a mi boca se siente tan exquisita. Vanessa sabe lo que hace con ella.

- Espera... -dice algo agitada.

- Qué -digo buscando su cuello para así apoderarme de el. La fuerza que tuvo para alejarse desaparece, la siento derretirse ante los besos, lamidas y mordidas que dejo en su largo cuello.

- Espera, antes.. ah... -chupo con fuerza y consigo un gemido extremadamente caliente. - Si no te detienes, será muy tarde.

- No quiero detenerme -digo volviendo a su boca, pero ésta me empuja un poco para mantenerme alejada.

- ¿Estás segura de que quieres hacer esto? -sus ojos buscan una respuesta, y yo... yo no sé. - Podríamos sólo acostarnos y descansar, no me gustaría que hicieras algo por impulso.

Suelto un suspiro y la miro con tristeza. - De verdad siento cosas cuando estoy cerca de ti, pero... me sigue siendo difícil muchas cosas. -mis ojos se llenan de lágrimas. - No quiero tomar esto como un juego, porque realmente me importas, y mucho, pero estoy algo rota... muy rota, y no quiero herirte.