Inesperadamente Vane debe viajar hoy a la tarde, porque su amigo no se siente bien. ¿Debería perseguirla sin que se dé cuenta? Siento que me miente.
- Veo que irás por varios días -su pequeño bolsón queda lleno por los pares de ropa.
- Sí, iré una semana, pero volveré... -se acerca lentamente a mí, colocando sus manos en mi mejilla. - No te enojes, por favor. -besa mis labios con ternura.
- ¿Puedo ir contigo?
- Me encantaría, pero mi amigo es un poco cerrado y..
- Okay, entiendo. -finjo una sonrisa.
- ¿Me darías un beso? -susurra mientras cierra sus ojos. La observo y no puedo entender su silencio, no es de otro mundo tener un/a hermano/a. Tomo su mano, la siento en el borde de la cama, me subo a horcajadas encima de ella. - Uy, esto me gusta. -suelta una risita mientras tomo su rostro. Ella realmente me gusta mucho, pero mi corazón no se arriesga completamente.
- Eres muy bonita, ¿lo sabías? -susurro mientras paseo mi pulgar derecho por su labio inferior. - Quiero que sepas que siempre puedes confiar en mí. -abre sus ojos y frunce el ceño. - Quiero que lo recuerdes, nada más. -sonrío y la beso con delicadeza. Sus manos se aferran a mi cintura, sus besos me encantan, besa muy bien.
Se acuesta completamente en la cama, mi boca no deja la suya en ningún momento. Siento sus manos pasearse por mi espalda.
Su lengua ingresa a mi boca con sutileza, sus uñas se clavan en mi piel al escuchar un gemido salir de mi boca.
- Mierda, tus gemidos me vuelven loca. -dice y vuelve a besarme. Sonrío satisfactoriamente. - Quiero hacerte mía... -confiesa como puede, pero me alejo un poco dejando su boca. Abro los ojos y me encuentro con Lizzie. ¡Qué carajos! - Déjame hacerlo... -mis ojos pasean desesperadamente por su rostro y es ella, es Elizabeth, es su voz. Mi corazón salta con fuerza y mis labios chocan con su boca con intensidad.
Su cuello es marcado por un chupetón, el sonido que sale de su boca me vuelve loca...
No, esto no está bien. Frunzo el ceño y me alejo de inmediato levantándome de la cama. Sé que no es Lizzie, pero imaginarla me hizo perder el control.
- Lo siento, yo... -me arreglo la ropa y veo su cara de confusión. - No quiero que pierdas tiempo porque... tu amigo te necesita ahora mismo. -no logro mirarla a la cara. La besaba mientras volvía a pensar en la que me rompió el corazón.
- Oye.. -se levanta y llega a mí con lentitud. - ¿Estás bien? -sus dedos suben mi barbilla y me siento culpable. Ella me cuida, y yo lo estropeo todo.
- Sí, sólo quiero que llegues a tiempo.
- Me hubiese gustado quedarme para continuar, pero se me hace tarde -se acerca para besar mi boca pero coloco mi mejilla. - Oh, creo que algo no anda bien. -suelta una risa nerviosa.
- Todo está bien, lo siento -me acerco para besarla.
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