DULCE SUEÑOS

[YG/21]

Tres de la madrugada y Jimin no podía quitarse de la cabeza el recuerdo de aquel delicioso pay de fresa que había visto en internet mientras merodeaba por las páginas web de algunas tiendas de bebés hoy en la tarde, dando un suspiro al saber que nadie a esa hora podría encontrar dicho postre, así que decidió ir a la cocina a buscar algo dulce que calmara su antojo hasta el día siguiente – No te preocupes bebé, mañana tempranito iremos a comprarlo ¿sí? – dijo al acariciar su pancita.

Después de una pequeña búsqueda, Jimin encontró un par de fresas, galletas con chocolate y por último un yogur de durazno, su preferido. Dejando todo en la cubierta de la cocina, este fue en busca de una silla para poder degustar tranquilamente su aperitivo nocturno, con calma y sin apuro el rubio empujaba dicho mueble hacia el lugar indicado.

Todo marchaba a la perfección, pero ruidos extraños que provenían del despacho de su suegra lo terminó asustando un poco y más cuando la puerta hizo un sonido agudo al abrirse, Jimin sin pensarlo tomó las únicas fresas que quedaban y rápidamente se escondió tras un muro cerca de la cocina, porque no le daba tiempo suficiente para regresar a la habitación – Si, sí. Necesito esa información lo antes posible – al escuchar aquella voz gruesa, Jimin puedo saber de quién se trataba y dándole un último mordisco a la fruta, este decidió Salir de su escondite – Bien, nos vemos en la empresa.

--¿Por qué estás despierto? No sabes que trabajar hasta estas horas, causa ojeras espantosas -- Yoongi al escuchar que alguien hablaba detrás suyo, terminó escupiendo el agua que estaba bebiendo y parte de eso cayó sobre el celular -- ¡No! ¿Sabes cuánto cuestan estas cosas? – el blanquecino aún seguía en shock tras el susto, mientras Jimin lo regañaba por casi dañar un aparato demasiado caro – Por supuesto que no lo sabes. ¡Tú solo eres un mimado!

--Casi me matas del susto ¿y me estas gritando? Además, ¿Por qué estás despierto a esta hora?

Jimin ríe discretamente al darse cuenta que el rostro de su mayor estaba más pálido de lo normal y dándole una mordida más a su fresita, este lo miro fijamente -- ¿Acaso no ves? Yo soy una persona gestante que debe comer mucho para mantener feliz a mi bebé – respondió todo indignado mientras salía de la cocina con sus fresas, regresando a su habitación – A veces trato de averiguar quien es el más tonto. Si Agust o Yoongi – dio un suspiro y movió la cabeza – Mañana iremos a visitar a la abuela Shin-hye y al abuelo Tae-joon. Se pondrán muy felices – acarició su pancita y se sentó en el borde de la cama.

No pasaron muchos segundos como para que el marido también entrará a la habitación – Ya hable con mi madre, así que después de la reunión con los socios. Te voy acompañar a la casa de tus padres – dijo al acercarse a la cama.

--No hace falta, yo puedo ir solo. Me cuidaré bien y puedo llevar al señor Jackson para que me acompañe. Tu solo ve a la oficina y ayuda a tu madre – Después de hablar, la habitación se quedó en un rotundo silencio – Bien, ya es hora de volver a dormir. Buenas noches. Y si te vas a quedar más tiempo despierto, procura no hacer mucho ruido, no tengo el sueño tan pesado como tú. ¿sí? —Lo último que hizo fue apagar la lámpara que estaba a su lado, antes de cerrar sus ojos y descansar.

--Ja, Que infantil...

Cuando a amaneció, Jimin era el más contento en ese día y vistiendo un lindo overol junto a una polera de manga larga con rayitas de color blanco con amarrillo, asiéndolo lucir adorable, aunque no vasto mucho como para que su felicidad se esfumara al momento de subirse a la camioneta e indicarle al chofer que lo llevar a dicho lugar, pero este le dijo que aún no podían irse, no antes que el señor Min subiera también – Dios, se siente un aura tan fuerte en ese lugar – al escuchar la voz del blanquecino, el guardaespaldas y el chofer se miraron entre sí, mientras sus cuerpos temblaba al saber que el del mal humor era su jefe menor.

--¡Te dije que yo podía ir solo!

Refunfuño con molestia, mientras miraba a su marido subir al auto – Lo sé, pero yo te dije que te iba a acompañarte, y lo estoy haciendo. Un Min siempre cumple lo que dice – dijo con orgullo y Jimin solo bufa y suelta una risita nasal al saber que no todos son muy cumplidores con las promesas – Bien, primero llévenos a la empresa, por favor. ¿Tienes hambre? Si quieres podemos estacionarnos cerca de una cafetería – propuso, pero sus manos comenzaron a sudar al ver los ojos llenos de mal humor de su menor – Tomare eso como un "tal vez más tarde".

[Trata de no darle la contraria a Jimin. Cuando él se molesta, hasta el mismísimo demonio le tiene miedo]

Yoongi recordó las palabras de su hermano menor y hasta ahora se daba cuenta que debió de hacerle caso, más cuando este ya estaba bufando a cada segundo por lo molesto que estaba. Como también al escuchar los susurros del guardaespaldas hacia el chofer, entiendo que ellos también temían de las personas embarazadas y más cuando estas se enojaban – Pueden dejar de hablar. Me alteran los nervios también. Acaso no ven quien más corre peligro soy yo.

Los dos movieron la cabeza dándole la razón, manteniéndose callados hasta llegar a dicho lugar y cuando entraron al estacionamiento, el primero en bajar fue jimin, este cerró la puerta con tanta fuerza que hizo sobresaltar el cuerpo de los tres hombres que aún estaban dentro de la camioneta – Se...señor Min – Yoongi asintió al entender a lo que refería su chofer.

--Sí, sí, pueden ir a dar una vuelta por el lugar mientras nosotros volvemos – ordenó con nerviosismo, viendo a jimin subir al ascensor sin ni siquiera espéralo. (Dios mío, en que se había metido), fue lo que pensó en ese momento -- ¿Tal Vez los dulces calmen un poco su mal humor?

¿¡Mala o buena idea!?