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--Ji...Jimin ¿está bien? ¿Te lastimaste? Déjame ayuda... -- Min quiso acercarse al rubio, pero este retrocedió al instante – Vamos responde... ¿Te duele algo? – insistió, recibiendo nuevamente el silencio del menor, quien lo miró de pies a cabeza tratando a analizar lo sucedido – Eh...-- Yoongi bajo la mirada hacia sus pies, dándose cuenta del error que había cometido – Esto tiene una explicación...Jimin.

--¡Mentiroso! – aquel grito hizo que el Marido negara y tratará nuevamente de acercarse a él – Me mentiste ¡nos engañaste! Yo como un idiota preocupándome por ti y tu...-- un fuerte dolor en el vientre hizo que Jimin perdiera un poco el equilibrio, pero logró sujetarse en el borde del fregadero, preocupando a Yoongi ante la posibilidad de que resbale con el charco del piso.

Cuando el mayor estaba por ir hacia el rubio, la puerta principal se abrió, llamando la atención de ambos en ese momento. Los recién llegados alzaron la voz para comunicar su llegada, siendo la madre quien entró enseguida a la cocina topándose con aquella imagen un poco comprometedora, de la pareja de esposos abrazados.

--¡Vaya! Creo que llegamos en mal momento...-- se detuvo en la entrada -- ¿Yerno tú?... – examinó todo el cuerpo de Yoongi y este le dio una sonrisa forzada – ya, ya, ya entiendo – la mujer soltó una risilla burlona, imaginando la causa de aquella situación y siendo algo que no iba acorde con la realidad de lo sucedido.

--Ji...Jimin, suelta mi pellejito.

Los ojos gatunos del blanquecino comenzaban a aguarse por el dolor que causan las uñas del rubio al momento de pellizcar con fuerza y por mucho tiempo la piel cerca de la cintura. Dando otro apretón a la piel pálida, Jimin se alejó y sacudió su ropa regalándole una mala mirada, mientras este se soba la zona afectada.

Sin nada que decir, el menor salió de la cocina llevando una caja de cereal en las manos y por lo observado, él iba demasiado molesto, dándole una difícil batalla a Yoongi quien se notaba nervioso al no tener ni la mínima idea para solucionar las tremendas metidas de pata que había hecho en menos de un día. Y ni imaginar la regañada que recibirá si su madre se entera de que lo hizo.

Quedando como única y última opción, el pedir ayuda a Agust, recordando aún la vez en la que juró no buscarlo como ayudante para solucionar las estupideces que hacía, pero esto era de suma urgencia y gravedad, dejando su dignidad de lado por una buena causa que salvaría su vida.

/Si los dulces no funcionaron, te jodistes. Bye/

La tan urgida llamada no duró ni un minuto completo y ya había sido cortada, dejando a Yoongi con la boca abierta y las palabras atoradas en la garganta por la rapidez con la que habló su gemelo al segundo de contestar -- ¡Qué diablos! – maldijo, escuchando una risilla detrás suya.

--Mi Jimin es muy difícil de manejar, desde chiquito fue muy complicado, se molesta por todo, llora, grita y por último no te habla hasta que averigües lo que él desea – "con que bestia salvaje me has metido, madre" pensó al terminar de escuchar lo dicho por la señora Park mientras sacaba una botella de yogurt del refrigerador junto a un parte de frutas – Llévale esto y dile que el almuerzo estará listo en unas horitas.

--Yo tratando de huir y usted me empuja más hacia el depredador – susurro tomando la bandeja de comida.

--No te morderá, tan solo te mirará mal y te ignorará todo el tiempo.

A pasos firmes y suaves, Yoongi por mala suerte logró llegar a la habitación, topándose con una entrada decorada de tonos rosas y azules a la vez, bonito para su parecer – Jim...-- al tocar, la puerta se abrió levemente, dándole una pequeña vista del cuarto por dentro.

--¿Me veo gordo? Mis pechos están más...-- Jimin observó enseguida la presencia no tan discreta del castaño siendo reflejada en el espejo -- ¿No te enseñaron a tocar o qué? – reprochó al mismo tiempo que se abrochaba nuevamente la camisa.

--No era mi intención verte en ese estado...

Ignorándolo, Jimin se adentra al baño y cerró la puerta con fuerza causando que el blanquecino soltara una risa burlona ante el berrinche hecho por este, y para su opinión el rubio no se veía gordo, tan solo un poco rellenito, siendo causado por su embarazo – Mi madre me escribió para decirte que vayamos temprano. Disque nos quiere comunicar una noticia – no hubo respuesta, escuchando únicamente la regadera abierta.

Dejando la comida a un lado de la habitación, Yoongi decidió salir y tal vez prestar sus servicios de cocinero a su suegra para poder distraerse hasta volver a casa. Dándole tiempo para pensar en una solución al enojo del rubio.

 Dándole tiempo para pensar en una solución al enojo del rubio

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Tarde, pero responsable. 

Bueno, solo quiero comunicar que la tragedia ya esta rondando la casa Min y espero estén listos para el drama que vendrán seguido de este capítulo. BYE

DULCE SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora