[YG/19]

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Era casi media noche y aquel pelinegro aun seguía en su oficina con una de las tantas botellas en mano, de las cuales hacía que se embriagará más con cada sorbo que daba, ocasionando que de vez en cuando regará cierta parte del líquido en su camisa y mientras bebía no dejaba de pronunciar el nombre del rubio doncel el cual deseaba tanto tener consigo otra vez y eso lo estaba logrando –Volverás a ser mío, Park Jimin – repita innumerables de veces desde que bebió la primera copa de aquel whisky, haciendo muecas de asco al recordar que aún existía un pequeño obstáculo... – Kim Taehyung –

Al pronunciar su nombre, este tiró la botella con tanta cólera que terminó rompiéndose ante el fuerte impacto que tuvo al caer al piso, con sonrisa en labios y el cuerpo tambaleándose por lo borracho que estaba. Jungkook salió de su oficina con rumbo desconocido, su vista era borrosa y no podía distinguir con normalidad el lugar exacto en el que quedaba su habitación, haciendo que entrara en otra – Jimin, Jimin...-- iba pronunciando a cada segundo y más cuando se comenzaba a desabotonar la camisa mojada por el trago regado en ella – Te lo dije, te dije que iba a ser mío.

Otra sonrisa se formó en sus labios al distinguir borrosamente a aquel bulto que era cubierto por las sanaba, sin dejar de pronunciar el nombre del doncel, el pelinegro se subió toscamente a la cama, haciendo que ese movimiento despertara al dormido mucho que se rasco levemente los ojos, topándose con el rostro ebrio de su marido – Jung Kook ... -- al mirarlo con tanta nítida vio la sonrisa en sus labios, en ese momento no sabía si tener miedo o alegrarse al tener al fin un dulce sonrisa de parte de su ahora pareja.

Pero su reciente felicidad se fue cuando sintió como el pelinegro comenzaba a besar violentamente su cuello, quiso alejarlo poniendo sus dos manos en su pecho, siendo un total fracaso al saber que él era mucho más fuerte, de un momento a otro su camisa estaba siendo desabotonado por una de las manos del marido, sin dejar de sujetar bruscamente su brazo impidiendo que se moviera – Mi lindo Jimin...¿Por qué lloras?—sus piernas impedían que las del más joven se movieran, causándole desesperación al no poder alejarse del pesado cuerpo encima suyo, y más cuando escucho con claridad el nombre que pronunció en su delirio.

--Suéltame, me duele

Pidió entre su llanto, pero el ebrio hombre lo ignoraba y sujetaba más sus piernas para que no se moviera en ningún momento mientras no dejaba de manosear su cuerpo con asco, si asco era lo que ahora sentía el pequeño cuerpo debajo suyo al no poder hacer nada para alejar, esto no le gustaba. Él quería salir corriendo en ese instante – Al fin serás mío...mi hermoso Jimin – sus piernas fueron liberadas al fin, haciendo que el menor lo aprovechará para huir, aunque fue en vano – ¡¿Por qué quieres huir de mí?! – su cuerpo frágil y asqueado fue volteado para quedar boca abajo, sintiendo un fuerte jalón en sus cabellos.

--¡Suéltame! No me gusta

Ese grito enfureció al borracho marido, quien sin dejar de sujetar los cabellos del lloroso muchacho que suplicaba que se detuviera, este con la otra mano bajo toscamente los pantaloncillos flojos de su pijama, haciendo que el miedo crezca más en el menor. Al tenerlo como quería, soltó el agarre para comenzar a desabrocharse los pantalones aun estando ebrio por el alcohol – Esto te gustara mi amor... por fin podre hacerte mío...Jimin--

--N...No, sueltamente... ¡No quiero! ¡No!

[...]

La tortura había terminado, pero eso no le quitaba el asqueroso aroma a alcohol de su cuerpo ni curaría las notables marcas que ahora había en cada parte. Mucho menos los recuerdos asquerosos que rondaban en su mente a cada segundo. Observando por última vez el cuerpo de su agresor, el menor se levantó de la cama vistiéndose con la misma pijama que bruscamente fue quitada en el acto tan vil que ese hombre hizo con su cuerpo.

A pasos torpes y sin dejar de llorar de impotencia ante las asquerosidades que ese tipo hizo con su cuerpo, salió de la mansión, aprovechando las silenciosas calles para huir sin saber qué rumbo tomar para volver a casa, ese lugar en el nunca debió de salir en brazos de ese hombre. 

Todo estaba oscuro, su cuerpo temblaba de frío ante las fuertes prisas que violentamente empujaban su cuerpo en cada paso de cada.

Sin saber que camino más seguir, el pequeño cuerpo tembloroso se escondió en aquel callejón oscuro hasta que amaneciera y pudiera pedir ayuda para regresar a casa, pero no todo sería tan fácil, no si te encuentras con un trío de hombres tomando y fumando en ese mismo callejón, quiso salir corriendo del lugar, aunque fue inulta al tener uno de ellos sujetándolo fuertemente en sus brazos para impedir que se fueras.

--¿Por qué una lindura como tú, está sola en estas calles peligrosas?

Otro de los sujetos, tomo su mentón con brusquedad acercando su mirada a la suya, asuntando más al menor, quien sintió a su cuerpo temblar por el miedo y ya no por el terrible frío que hacía, el cual ahora es causado por la forma que dos de los tres hombres comenzaban a tocar su herido cuerpo, así como su agresor lo hizo – No divertiremos mucho, hermosura—se estremeció al sentir el aliento a alcohol en su rostro entre el susurro asqueroso que dio uno de ellos.

Cerró los ojos esperando la tragedia, y sentir como su cuerpo volvería a ser utilizado de manera asquerosa, suplicando que alguien ahora si lo ayudara y no dejará que abusaran del otra vez, pero eso no pasaría, nadie estaría despierto a tantas horas de la noche, excepto esos tres sujetos que no dejaban de manosear su cuerpo y besar su cuello vilmente --Vaya, vaya, se están divirtiendo par de imbéciles 

--Hobi hyung... 

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Escuche esta canción mientras trataba de corregir los errores y me sorprendía al ver que casi toda la letra describía la historia del Taekook de esta historia. 

DULCE SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora