Yoongi es un chico que cuando tenia 19 años, quedo en coma tras un accidente automovilístico.
Jimin es un doncel de hermosa sonrisa y con un corazoncito amable, que es obligado a casarse con el hijo de la dueña de una de las empresas mas prestigiosa...
Su voz sonaba agitada ante la velocidad que uso al bajar las escaleras, y ni hablar de la forma en que estaba vestido, su camisa está toda chancada, el saco colgaba de su hombro derecho junto a la correa y ni qué decir de los pantalones, sus medias no tenían el tamaño adecuado y sus pelos aún estaban despeinados.
--¡Lo siento cariño! Olvide despertarte temprano
La mujer al ver el aspecto desordenado del menor, se disculpó y este negó a lo dicho, aceptando a la vez su ayuda para mejorar su aspecto y lucir un poco más presentable – Muchas gracias Nana –antes que saliera de casa para ir directo hacia el lugar en la que debería de estar estacionado su preciado tesoro, le agradeció y dio un beso en la mejilla a la mayor.
--Joven Agust. Su madre dejó esto para usted.
El hombre sacó un papel del bolsillo de su saco y se lo entregó al peli naranja, quien sin perder tiempo lo aceptó y lo terminó guardando en su billetera para así por fin ponerse en marcha, hacia el lugar que le había dicho su madre el día anterior. Hasta ahora se pregunta ¿por qué había aceptado esa "misión"? Cuando pudo haber estado en su camita dormido hasta la hora que él quisiese -- La cosa aquí es... ¿¡Cómo podré saber quién es el tipo al que debo de recoger!? – se dijo así mismo al encontrar el principal problema de todo esto.
Al estacionarse frente al Aeropuerto, el mismo que le habían indicado, Agust puso el casco al lado de su preciado tesoro antes de entrar al dichoso sitio el cual estaba repleto de muchas personas, algunas lloraban en brazos de los recién llegados, otros se comían la boca o se abrazaban -- ¡Que patético! – dijo al ver lo mencionado al último, dando un respiro profundo decidido caminar por el lugar en busca de alguien que se parezca a los rasgos físicos que le había descrito su madre.
No pasó ni más de media hora recorriendo el aeropuerto y Agust ya estaba agotado, así que decidió darse un descanso, en ese momento se encaminó hasta la cafetería del aeropuerto en la cual atedia una hermosa dama que vestía un lindo traje blanco – ¿Desea algo señor? – preguntó con voz fina y delicada, el peli naranja asintió, pero antes de hablar, una voz más ruda y gruesa lo terminó interrumpiendo al instante.
--Deme un jugo de naranja, por favor.
Agust frunció el ceño al ver que el sujeto no había respetado su turno en la fila – A mí también deme un jugo de naranja – pidió también, ignorando por completo lo mal educado que fue el hombre detrás suyo, la mujer asintió con una sonrisa amable, pero su semblante se borró al ver que no quedaban muchos jugos del sabor pedido – Señorita...-- la nombrada apareció nuevamente con la única botella de jugo de naranja.
--Lo siento, pero solo me queda una. Desearía pedir otro sabor.
Dijo al momento de dirigirse a los dos hombres frente suyo, pero al momento de que esta se lo entregará al más alto, Agust se lo terminó arrebato de las manos – No hace falta, con uno es suficiente. Gracias – al pagar lo pedido, el blanquecino se retiró del lugar, dejando a una persona totalmente confundida y a otra con una sonrisa en labios.
La muchacha trato de disculparse, sin embargo el sujeto negó y decidió pedir otro sabor para no causar ningún problema – No hace falta, solo deme uno de Uva – la mujercita asintió y mientras ella iba en busca del dicho jugo, el hombre dio media vuelta para seguir observado la forma en la que el peli naranja saltaba – Que infantil...-- se burló.
Agust ya estaba harto de seguir buscando y esperando a esa persona, pero en ese momento recordó el dichoso papel que el guardaespaldas le había dado, "Si no logras localizarlo, llama a este número ********", dando un respiro profundo, este quiso calmar su mal humor que estaba teniendo ante todo lo ocurrido -- ¿Hola? – con tono serio hablo hacia el teléfono al ver que su llamada había sido contestada.
--¿Con quién hablo? Si es un tipo de estafa, ya le vengo advirtiendo que no saldrá vivo si juga deesa manera conmigo, soy un hombre muy temido y tengo a toda la policía cuidándome.
--¿Qué?
En ese instante, el blanquecino quería golpearse contra la pared ante la semejante idiotez que había escuchado -- ¿¡A qué loco me han mandado a recoger!? – ese grito no tan discreto, hizo que llamara la atención de todos los que pasaban por el pasillo en el que estaba y ese mismo fue escuchado tras el teléfono, dándole un poquito de esperanza de que ese sujeto estaba cerca. Pero al momento de voltear para buscar a un loco con teléfono, sus ojos se abrieron sorprendidos al notar que casi todos estaban en plena llamada y eso disminuye la probabilidad de encontrarlo.
--Desde la distancia en la que te veo, creo que el loco es otro. Sabes tu madre me habló muy bien de ti, pero nunca me mencionó de los problemas mentales que tenías al hablar y gritar de esa manera y además solo. Necesitas ayuda, yo estudié psicología por un tiempo ¿Qué dices?... Cobro barato.
--¡Cierra la boca! No te conozco y ya me estás comenzando a caer mal. Y no estoy loco, solo no controlo mi mal humor. ¡Puede por favor venir, que estoy entrando en crisis y soy capaz de matar a alguien!
--No hace falta tanta agresividad, con un "Por favor señor Choi" bastaba. Esto irá a la lista de reclamos de la empresa¡Pésimo servicio!
El cuerpo del blanquecino quedó estático por un momento al sentir el aliento de dicha persona detrás de él, pero su instinto agresivo se activó al oír su voz tan cerca de su oído y sin previo aviso una cachetada fue plantada en la mejilla del tipo alto de cabello rosa, sus ojos estaban cerrados y al momento de abrirlo se topó con el semblante serio de ese hombre frente suyo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
