Vete

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He Tian corría en dirección a la casa de su Pelirrojo, después de haberse dado cuenta de la estupidez que había dicho ya era tarde de intentar corregirse a si mismo.

El sabía que Mo odiaba llamar la atención o ser el centro de atención, esa era una razón por la cual Mo no le devolvía los gestos que el le daba.

Se había dicho que no iba a caer en su juego, pero cuando se trataba She Li intentando sobajarlo a él o a Mo, el perdia el conocimiento.

Y ahora estaba corriendo por la calle, cuando llegó al lugar salto los escalones de dos por dos hasta llegar al piso de su Pelirrojo.

Tocó la puerta esperando a que sea abierta.  Más en ningún momento se oyó algún ruido.

Tocó nuevamente.

Nadien salió.

He - Mo.

Silencio.

He - Por favor Mo, sal.

Unos pasos se oyeron.

He - Discúlpame por favor, no quería decir esa estupidez.

Unos sollozos se escuchaban.

He - Se que no puedo borrar el mal momento que pasastes, pero por favor déjame verte.

Se podía oír como intentaba callar sus jadeos y gemidos lastimosos.

He - No me gusta escucharte llorar, por favor di algo.

Un golpe de algo azotando lo espanto.

Mo - Solo vete.

Digo en un murmuró muy bajo, con su voz claramente rota.

He - Mo Guan Shan.

Mo - He Tian vete, quiero estar solo.

He - Por favor Mo, solo déjame entrar y verte.

Mo - No, ya vete.

He - Mo

Digo un poco desesperado.

Mo - No te pienso abrir, así que vete.

El sabía que la había cagado y que Mo necesitaba su espacio en este momento.

He - (suspirando) - Está bien me iré, pero por favor no olvides que eres importante para mí y que me disculpes por mi estupidez.

Sin esperar nada empezó a bajar por las escaleras e irse por la calle.

Mientras detrás de la puerta, Mo Guan Shan intentaba callar sus gritos que querían salir.

Sus ojos estaban muy rojos.

Sus mejillas estaban empapadas de lágrimas y sonrojadas.

Y su tobillo le estaba empezando a doler.

Solo quería que esto no hubiera pasado.

Como pudo de estar besando a He Tian en la escuela a estar llorando en su casa.

El destino algunas veces era cruel.





























































Al día siguiente.

Mo no quería asistir a la escuela, después de tanta humillación que paso ayer por culpa de la serpiente y del demonio.

Pero si no iba, su madre sería notificada por falta sin justificación.

Por los pasillos los murmullos y los señalamientos asia su persona no se hicieron de esperar.

Algunos incluso le comentaban cosas obscenas.

Al llegar a su butaca se dió cuenta que está misma contenía escritos de groserías. Prefiero ignorar y sentarse de todas maneras.

Solo necesitaba aguantar unas cuantas horas para después largarse a su casa a dormir.

En el receso le fue peor.

Las fans del azabache lo empezaron a empujar y decir cosas a sus espaldas.

Pero el no se iba dejar, y aunque no les devolvió con la misma fuerza los empujones al menos provocó que ya no se le acercaban.

Y a todo que se interpusiera lo mandaba a la mierda.

El también ya estaba cansado que todos lo tiran de ser un delincuente y ahora también de ser una "zorra", por eso el los trataba igual pero con golpes o con groserías.

Pero igual era una persona con sentimientos.

Por eso cuando acabo el receso no entro a su salón y antes de que todos entrarán al lugar el saco su mochila llevándose la junto a el hacia la azotea de la escuela.

Cuando llegó se dedicó a ver por un momento el lugar, caminando a la barda , se dejó caer de espaldas, con l mochila a un lado de el y con las rodillas a la altura de su pecho y su cabeza escondida en el cueco de su pecho y rodillas.

Empezó a llorar.

Ya no quería que esto volviera a pasar.

Le costó bastante tener un poco de lo que logro en meses.

Tranquilidad y felicidad.

Lloro más fuerte, ya no le importa si la gente lo vea llorando.

Ya lo habían humillado mucho ayer.

Estaba tan absorto llorando que no oyó cuando alguien entro.

Pero se asustó cuando la misma persona lo estaba abrazando.

Pero no rechino y se aferró a la persona llorando todo lo que no había llorado por estos años.

Había llegado a su límite.

- Yo voy a estar contigo.




















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He Tian & Mo Guan Shan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora