He Tian & Mo Guan Shan

Una triste lluvia.

El Pelirrojo al escuchar la puerta principal cerrarse, se dejó caer en el piso.

Sollozando por lo ocurrido.

La verdad es que quería en estos momentos estar abrazado al azabache, pero el sabía que necesitaba recuperarse de esto.

Y estaba vez quería estar solo.

Pero no sabia que hacer o con que iniciar.

El pelinegro bajaba los escalones del edificio.

Si se sentía adolorido?, Carajo el se sentía de la mierda por todo.

Una parte de el quería quedarse con el Pelirrojo, acostados y abrazándose mientras le decía que el se encargaría de esta situación.

Pero por otra parte, el sabía que el Pelirrojo necesitaba su espacio y aunque el se negara, sabía que no conseguiría nada.

Y de cierta manera el también necesitaba aclarar un poco sus pensamientos y acciones.

Al llegar al último escalón se dió cuenta que una tormenta se avecinaba.

En otra situación se hubiera quejado y quedado con el otro.

Pero como están las cosas, el ya no quería agobiar a su pelirrojo.

Y simplemente camino.

No lo importo si pequeñas gotas caían sobre su cuerpo.

El quería estar con su pequeño Mo.

No le importo si esas gotitas se volvían grandes y empezaban a mojarse.

El Solo quería abrazarlo.

No le importo si la gente lo veía tan decaído y triste.

El Queria darle besos sobre toda su cara.

No le importo si todo su cuerpo se empapo,o si estaba solo en la calle.

El Quería mimarlo y consentirlo.

Pero no le importo si había llegado a su departamento y había mojado todo a su paso.

Tampoco le importo si el sofá se estropeaba o que sus pertenencias se hayan mojado.

El solo quería devolver el tiempo, para no haber dicho tal estupidez.

Y al final, solo lloro.

Se dió cuenta de cuánto importante se había vuelto ese pelirrojo.

Pero lloro más, al darse cuenta que el mismo estaba en problemas por el.

Y se sintió peor por saber que no sabía cuánto tiempo iba a necesitar Mo o tal vez ya no quería estar a su lado.

Se sintió débil por primera vez.

Mo se sentía un poco preocupado cuando se dió cuenta que una tormenta estaba cerca, pero lo que lo mantenía preocupado era el azabache.

Después de que He Tian se fue de su hogar se dió cuenta de unas gotas golpear su ventana, pero no le tomo importancia.

Pero empeoró con unos segundos y de repente las gotas golpearon con fuerza su ventana.

Y se dió cuenta que el otro no tenía un abrigo o algo con que cubrirse.

Pues en todas las tormentas o lluvias que había, el casi siempre era quien llevaba su sombrilla, mientras que el otro siempre se auto-invitaba para cubrirse de la lluvia.

Aunque aún estuviera mal, decidió ir a alcanzar al otro.

Poniéndose su calzado abrió la puerta y bajaba los escalones con una sombrilla en mano.

Pero cuando casi alcanzaba el último escalón.

Se dió cuenta que He Tian no estaba por ningún lado.

Y lo peor es que la lluvia estaba empeorando.

Ya no podía hacer nada.

Solo esperaba que el pelinegro aunque sea se haya cubrido de la lluvia.

Resignado y adolorido, se fue de nuevo a su casa.

Al llegar a su habitación, se dió cuenta que desde que estaba cerca del azabache, en todos los días de lluvia, está era la primera que el se sentía triste.

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