El mundo entra en pánico cuando las cuarentenas y prevenciones dejan de tener efecto en las poblaciones, el virus omega se propagaba velozmente por todo el planeta. Y ya no solo eran omegas.
"Omegaverse" era el nombre que abarcaba al conjunto de ome...
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Jimin siente que su corazón da un paro por el repentino susto, adrenalina y miedo al mismo tiempo una vez se encuentra cara a cara con el encapuchado. Su respiración es acelerada y siente cada hueso de su cuerpo temblar. No quiere. No quiere volver a ser llevado, no quiere volver a ser encerrado en un laboratorio, no quiere que sigan experimentando con él. Se siente a punto de quebrar en llanto hasta que el desconocido se quita su gorro y toma ambos de sus hombros.
—¡Hey Jimin! ¡Jimin soy yo! —Exclama entonces, el chico luce alterado, y se nota culpable por haber asustado a el rubio. —¡Soy JunSeo! ¿Me recuerdas? —Entonces hay un momento donde sus miradas se cruzan y hay un click de reconocimiento en la cabeza del omega. Era su primo.
—J-JunSeo. —Pronuncia a duras penas, el castaño asiente varias veces.
—Tranquilízate Jimin, ¿si? Respira, vamos, respira conmigo. Ya pasó, solo soy yo, no te preocupes. —Manteniendo el contacto visual, su primo comienza a ayudarlo a que su respiración vuelva a ser acompasada y con ello, las ganas de llorar y su corazón van calmándose lentamente hasta que simplemente queda el mal gusto en su garganta por el susto.
—Gracias JunSeo, Dios, lo siento solo me asusté.
—No te preocupes, lamento mucho haberte asustado, hubiera sido mejor haberte llamado. —Una vez el ambiente fue ameno para ambos, las sonrisas ocuparon sus rostros de forma inevitable, rompiendo el espacio personal que los separaba hasta poder fundirse en un abrazo lleno de cariño. Park puede sentir nuevas ganas de llorar, pero esta vez ante el reconocimiento. ¿Cuándo había sido la última vez que había visto a su primo? ¿A su familia? ¿Él sabría dónde se encontraban ellos?
—JunSeo, ¿y mis padres? —Decide preguntar, ansiando una respuesta que pudiera satisfacer su alma.
—¡Oh! Vivo con ellos, están aquí en Corea, —la noticia por poco le hace saltar de la alegría, casi un shook de que ellos estuvieran allí, poder verlos después de tantos años, —ellos en verdad te extrañan. Todos te extrañamos, cuando supimos que en realidad estabas vivo fue casi un festejo para la familia, pero no teníamos cómo dar contigo e ir a Estados Unidos era peligroso. Estoy tan feliz de haber dado contigo.
—Dios mío, llévame con ellos por favor, necesito verlos.
—¡Vámonos!
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