❝¿𝗧𝗼𝗱𝗼 𝗯𝗶𝗲𝗻, 𝗞𝗶𝗺?❞ ˒•🖤 ݈݇⎼

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¿Qué si quedó encantado?

Claro que sí, más que encantado.

—Chan-Chan Bang-Bang, ¿cuándo será el día en qué vuelvas a la cama?—dramatizó enrollándose en una manta.—Llevas miles de siglos sentado en esa silla, te quedarás sin nalgas bonitas si las aplastas todo el día ahí.

—Minnie ya casi termino, deja a mis nalgas en paz que no te están haciendo nada.

—Claro que sí, me están llamando y me dicen que debo tocarlas.—se levantó silenciosamente de la cama y llegó detrás del mayor para posar ambas manos en el espacio libre de la silla del trasero de su hyung.—¡Oh mira! ¡Extrañaron mis manos!

El mayor ya no sabía que hacer para detener a Kim Seungmin.

—Deja mi trasero.—dijo tranquilamente pero el menor aún tenía sus manos pegadas ahí.—A ti no te gusta que te toque.

—No me importa, a mi me gusta tocarte.

—¿Ah, no te importa?—se levantó y esbozó una media sonrisa cargada de malicia hacia Min quien se levantó y comenzó a correr.—¡No huyas!

—¡Ayuda!—abrió la puerta de la habitación de Chan y salió corriendo, sin siquiera ver que había visitas.—¡Ayuda por favor! ¡Un anciano pervertido quiere tocarme! ¡Va a tocar mi trasero!—gritaba corriendo por el pasillo hasta que llegó a la sala.

Los chicos desconocidos en la sala lo miraron y rieron al verlo vestido de esa manera.

Kim enseguida se cubrió la cara y se dió la vuelta para volver a la habitación y aventarse a la cama.

—¡Qué vergüenza! ¡Y todo por huir de ese anciano!—exclamó bajo las sábanas mientras se acomodaba para no salir nunca más.

—¡Oye te estoy escuchando! Ya basta con esas bromas con mi edad.

—No es una broma, es la verdad. Salgo con un apuesto anciano que quiere tocar mi trasero pero que sus amigos probablemente mundialmente famosos al igual que ese anciano, escucharon que va a tocarme la cola y ahora pensarán que soy un tonto que no se viste bien.—con eso se refería a que esos chicos lo vieron usar una sola camisa de Chan y en ropa interior, la vestía al revés.—¿Te imaginas la vergüenza que tengo ahora? No saldré jamás de tu cama.

—No exageres mi amor.—se acostó a su lado y lo abrazó por la espalda.—Anda sal de ahí que nada pasará.

—Ya sé que nada pasará, ya estoy desmayado de vergüenza, ya no me muevo.—dijo dejando de mover sus brazos y fingiendo estar desmayado.

—Ya levántate.—dijo el mayor sacudiendo suavemente sus hombros, lo destapó y descubrió ese bello rostro riendo silenciosamente.—Es hora de levantarse.

—Alguien desmayado no puede levantarse, está desmayado.—dijo para cerrar sus ojos y volver a quedarse quieto.

—Minnie andaaa~...—sacudía su cuerpo pero el menor estaba aferrado a seguir fingiendo estar inconsciente.—Okey entonces procederé a revivirte.—dijo sentándose sobre sus caderas para llevar sus manos a su estómago.

—¡Eso no!—obvio que supo que iba a hacerle cosquillas y antes de que comenzara con esa tortura logró sacárselo de encima.—¡Has cruzado la línea de nuevo!

—No te hice cosquillas.

—¡Pero pensaste hacerlo! ¡Ay!—se cubrió la boca con ambas manos y corrió a la cama para volver a su lado.—Pueden escuchar que te estoy gritando.