quince

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Eddie:

Fue un beso de menos de 2 segundos, solo un choque de labios, pero que para mí fue todo.

Al separarme de él pude notar que tenía los ojos más abiertos que de costumbre, se levantó sin decir nada para después pasar su mano por su hermoso cabello. Mire el piso avergonzado.

Escuché como la puerta se abría y cerraba dando a entender que Steve se había ido.

Y de nuevo me sumergí en el mar de tristeza del que hace unos minutos Steve me había sacado para después ahogarme sin piedad.

¿Por qué se fue sin decir nada?

Steve:

Salí del hospital casi corriendo, no podía creer lo que acaba de pasar.

Eddie me beso.

¿Lo peor de todo?

Creo que me gustó.

Últimamente había estado pensando mucho en ese metalero, pero pensé que solo era en forma amistosa, pero creo que me equivoqué. Me confunde aún más que ahora que Nancy por fin me corresponde yo no me sienta igual de emocionado que antes. Si el Steve de hace unos meses hubiera estado en la situación del de ahora respecto a Nancy, éstoy seguro que estaría saltando de felicidad.

Pero ahora todo estaba mal.

El beso con Eddie apesar de que duró muy poco, sentí como si fuera una eternidad además de sentí cierto calor en el pecho.

Maneje hasta mi casa y una vez ahí pude pensar bien las cosas, no iba a estar con Nancy, no hasta que aclarara bien lo que sentía. Y tampoco iba a ver a Eddie.

[....]

Eddie:

Tenía más de una semana que Steve no venía al hospital, estaba a unas horas de que me dieran de alta y el no aparecía, sabía que besarlo había sido un error, de seguro ahora está con Nancy, disfrutando de su relación y yo aquí muriéndome del dolor.

Salí caminando despacio del hospital con mi tío a un lado, me subí al auto justo cuando vi llegar el de Steve, me baje lo más rápido que mi cuerpo permitía.

Lo vi salir del coche, solo, sin Nancy. Me acerque.

—Steve— fue lo único que pude decir.

—Eddie, no sabía que te daban de alta — claro que no lo sabía .

—Que bueno que viniste, hace mucho que no venías a verme— le sonreí pero el estaba serio. Carraspeo.

—Ehh, vine a ver a Will...— agaché la mirada, asentí y me di la vuelta para dirigirme al auto otra vez, ya con lágrimas en los ojos.

—¿Estás bien, Eddie?— me preguntó mi tío.

—Si, vamonos— mi tío arrancó y nos fuimos a casa.

Había arruinado todo con Steve. Ya no había nada que hacer.

𝐒𝐓𝐑𝐀𝐓𝐄𝐆𝐘 || byler and steddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora