𝙐𝙣 𝙪𝙡𝙩𝙞𝙢𝙤 𝙧𝙚𝙘𝙪𝙚𝙧𝙙𝙤 ; 𝘗𝘰𝘴𝘦𝘪𝘥𝘰𝘯

𝐂𝐡𝐚 𝐕𝐈𝐈𝐈 𝐩𝐭𝐞𝐫

El reloj en el cuarto marca las tres.

Cada uno de los humanos combatientes yacen sentados en el comedor, en completo silencio mientras que, de fondo, oyen a una intimidante y colérica Brunhilde.

Solo dos personas saben el porqué de su ira, puesto a que son estos mismos quienes reciben los severos regaños e insultos por parte de la valquiria. Qin Shi Huang no parece afectado, ya que sonríe con arrogancia al ser el centro de atención. Nikola Tesla era todo lo contrario al emperador chino.

El croata mantiene la cabeza gacha, con una lagrimilla asomando en su ojo por culpa de un chichón, provocado por Brunhilde apenas lo vio asomar en el comedor. Se siente como niño regañado, el cual, desafortunadamente, era ignorado por sus "hermanos".

A pesar de la voz de la pelinegra, alcanza a escuchar un par de carcajadas susurrantes, provenientes de un monje. Estuvieron alrededor de diez minutos en silencio, hasta que, al fin, se calmó la ira de Brunhilde. Esta chasqueó los dedos, llamando a sus hermanas.

-¿Qué sucede, hermana? -pregunta Göndull, mirando de reojo cómo el castaño es consolado por un hombre vestido con ropajes de invierno.

-He descubierto el paradero de nuestras hermanas y los einherjer.

-¿Dónde están? -interroga Thurd, ansiosa.

-Se dirigen a una isla en el punto Nemo. -respondió.

-¿El punto Nemo? -suelta Hlökk, extrañada-. Pero no hay nada ahí.

Expresa la valquiria.

-¿Y cómo sabes eso? -interviene la quinta de las trece hermanas, haciendo que Hlökk soltase bufido al ser ignorada.

-Helios me dio a conocer la existencia de la isla. -mira de reojo a la rubia- << Llevados por la madre Aspidochelone, las personas que tanto deseas encontrar se dirigen hasta el punto más lejano para la humanidad. Una isla que no aparece en los mapas, yace cercana al Punto Nemo. >>

Citó la pelinegra. Todos la miraron, interesados, resaltando entre los presentes un hombre esbelto, revestido por una armadura y con un casco espartano tapando parte de su rostro, quien se inclinó en la silla cuando Brunhilde mencionó a Aspidochelone.

-La matriarca del mar. -musitó, sorprendido-. Pensé que era un mito.

-Aspidochelone permanece oculta en las profundidades. -comentó la mayor-. Es la primera vez que ella sale ante un llamado.

-Perdón mi ignorancia -interrumpe el de ropajes de invierno-, pero, ¿quién es Aspidochelone?

-Es la mayor de las criaturas más antiguas que gobiernan el mar. -informa el espartano-. Los mitos decían que era una tortuga de tamaño descomunal, por lo que era fácilmente confundida con una isla.