𝐂𝐡𝐚 𝐈𝐈𝐈 𝐩𝐭𝐞𝐫

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Cuando el sol empezó a desaparecer por el horizonte, el pequeño grupo de aventureros tomó rumbo a las costas de Anticitera

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Cuando el sol empezó a desaparecer por el horizonte, el pequeño grupo de aventureros tomó rumbo a las costas de Anticitera. Tienen la esperanza de hallarse con Heracles antes de la llegada de la noche; Göll es la más ansiosa de ver al héroe, con su mente abrumada con el constante pensamiento de que algo le haya sucedido al dios.

Hrist es quien la mantiene calmada, tomando en cuenta el gran apego que tiene su hermanita por el joven dios.

Llegaron a la costa durante los últimos rayos del crepúsculo. Kojiro junto a Okita tomaron asiento sobre unas rocas, manteniendo una emana conversación acerca del combate que el primero tuvo contra el tirano del mar. Cerca de ellos se encuentran Nostradamus y Geir, que se molestan entre sí, como si fueran amigos de toda la vida. Hrist, quien está más alejada del grupo, aprecia el manto azul que se expande en el horizonte. El ruido de las olas le resulta relajante, combinado con el hermoso panorama del océano siendo bañado por los últimos rayos del sol.

Cierra los ojos mientras siente la brisa oceánica chocar contra su rostro. Suspiró, dándose media vuelta para acercarse a los nipones.

--¿Cómo se encuentra tu herida? --indaga, mirando detenidamente al veterano.

--La verdad, ya no duele tanto. --confesó.

--¿Cuánto tiempo estaremos aquí? --pregunta el menor, con su cabello siendo movido por el viento, descubriendo un poco sus ojos amarillos.

--Mmm... esperaremos el tiempo que sea necesario.

Kojiro la observa, notando su preocupación. El hombre se levanta de la roca, encarando a la valquiria. Hrist mira al nipón con extrañeza, sorprendiéndose cuando él, de manera sorpresiva, le abrazó.

Permanece en silencio mientras corresponde el abrazo. Recuesta su cabeza en el hombro de Sasaki, sobando su espalda. Unas pisadas llamaron la atención de todos. Giran a ver en dirección de las mismas, viendo a quien tanto esperaban.

Geir fue la primera en acercarse al pelirrojo, abrazándolo como si fuera un koala.

-¡¿Por qué tardaste tanto?! -exclama la pequeña valquiria.

-No fue tan fácil, Göll. -ríe el dios, levantando la mirada en dirección a Hrist. -. Helios sabe lo que pasó en el Ragnarok, y en un principio se negó a ayudarme. Pero al final logré sacarle información.

-¿Y dónde está la isla? -preguntan al unísono Okita y Nostradamus. Ambos se miraron, fulminándose con la mirada.

-Nemo... -no tarda en responder, haciendo arquear la ceja a todos-. Hay un punto que es completamente desconocido para los humanos. Se le conoce como el punto Nemo.

Los presentes abrieron la boca en forma de "o". Los humanos, en especial los nipones, no tenían ni idea de lo que el dios informaba, siendo seguidos por Nostradamus, aunque este no muestra mucho interés.

𝙐𝙣 𝙪𝙡𝙩𝙞𝙢𝙤 𝙧𝙚𝙘𝙪𝙚𝙧𝙙𝙤 ; 𝘗𝘰𝘴𝘦𝘪𝘥𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora