𝓓𝓲𝓮𝓬𝓲𝓼𝓮𝓲𝓼

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Compra con los chicos.

Narra Percy.

Ayer mi prometida fue de compras, hoy me tocaba a mi. Yo iría con Jason, Leo, Frank y Nico, Mis padrinos de boda, me coloqué mi camisa mientras veía a mi bella mujer dormida en la cama, con el cabello despeinado y su respiración calmada, por suerte los sábados ninguno de los dos trabajamos.
Me senté a su lado en la cama, acaricié su cabello y su espalda con delicadeza. La removí un poco para despertarlo, ella lo hizo con pesadez y cuñaos me vio sonrió.

—¿Ya te vas?—me pregunto.

—Si, nos vemos más tarde. No se a que horas volveré pero no creo que tarde tanto como tú ayer.

Ella sonrió con lo que dije.

—¿Quieres ir a comer pizza en la noche?

—Es una cita.

Nos besamos y salí de mi casa, cerrando con llave para que no le pasara nada a la mujer que amo, mientras iba a mi auto le mande un mensaje para que no se asustara cuando viera la casa con llave.
Conduje hasta el centro de Manhattan, al almacén en donde me encontraría con los chicos, ellos ya estaban ahí incluido Nico.

—Por fin llega el novio.—dijo Leo.

—Gracias pro venir chicos.

—Hola Bro.—me dijo Jason.—Ya tienes cara de casado.

—Entonces tengo la cara más feliz del mundo.—les dije.

—Hagamos esto rápido.—dijo Nico.—Aún sigo sin creer que acepte ser tu padrino.

Se que muy dentro de Nico, el estaba feliz de que lo eligiera, entramos al almacén y empezamos a ver trajes para todos, empezando con el mío.

—¿De que color sera tu traje?—me pregunta Frank.

—Azul obviamente.

Comenzamos a ver mucho trajes de color azul, había unos muy oscuros y otros demasiados claros, quería un traje con azul Perfecto. Después de mucho buscar, encontré el ideal, al igual que los trajes para los chicos, Nico no estuvo muy de acuerdo pero acepto en usarlo, eso es suficiente.

 Después de mucho buscar, encontré el ideal, al igual que los trajes para los chicos, Nico no estuvo muy de acuerdo pero acepto en usarlo, eso es suficiente

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—Ya es muy tarde, ¿quieren ir a comer algo?—Preguntó Leo.

Todos comenzaron muy animados a contestar, pero yo ya tenía planes con mi prometida.

—Lo siento chicos, quede en ir a cenar con Dafne.

—No te has casado y ya nos dejas de lado.—dijo Jason, para después reír.—Tranquilo amigo, ve.

—Que tal si salimos todos mañana, no tengo planes y Dafne va a salir con mi madre a ver unas cosas de la boda.

Todos estuvieron de acuerdo, así que me fui en mi auto hasta mi casa, cuando llegue e iba a abrir con mi llave, me di cuenta que la casa seguía con llave.

—Amor, ya llegue.—Camine hasta el cuarto, en donde la encontré tirada en la cama cobija y con mi camisa puesta.¿No te levantaste?

Ella se escondió entre las cobijas.

—No, estaba cansada y me levante muy tarde, me duche, me coloqué una camisa tuya, hice algo rápido de comer y me tiré aquí.

—Me hubiera gustado estar contigo aquí todo el día.—la abracé pegándola a mi.—¿Quieres que pida la pizza?

—Por favor.—me respondió besándome.—¿Como te fue?

—Fantástico, ya todos tenemos trajes, y se que te encantarán.

—Ya me quiero casar contigo.—dijo Dafne besándome.

—Y yo contigo.—La abrace acercándola a mi, debía preguntarle algo que me rondaba.—Daf, ¿Que piensas de tener hijos?

Ella me vio a los ojos por unos segundos, tal vez un minuto.

—Quiero tenerlos, rápido de hecho, es que ya tengo 25 años, soy muy joven pero mi aparato reproductor envejece más que yo, quiero poder tener a mis hijos sin problema por la edad.—me dijo viéndome a los ojos.

—¿Entonces para cuando? Ya que yo quiero tenerlos ya.—dije con una sonrisa.

—Después del matrimonio, yo voy a dejar de tomar pastillas, sabes que las comencé a tomar desde ese susto en la universidad, y en cinco meses que nos casemos, tú dejarás de usar condon y cuando los dioses quieran tendremos hijos.

La bese en la frente.

—Me parece un muy buen plan cariño, ahora pediré la comida para luego comer mi postre.

—¿Cual es el postre?—me pregunto inocentemente.

—Tú.—dije simplemente

Frutos de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora