𝓥𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓬𝓲𝓷𝓬𝓸

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Futuro.

Narra Dafne

Primer viaje familiar, iríamos mi padre, Sally con Paul y Estella, mi esposo y por supuesto nuestra pequeña hija Nerea de 7 meses que ya gatea.
Haríamos un pequeño viaje a la playa, y yo como madre primeriza que soy empaque de todo, 5 diferentes cambios de ropa, por si llovía, para meterla al mar, para cuando saliera, por si se le ensucia uno, y otro porque uno nunca sabe, llevaba 10 pañales, talco, toallitas humedas, leche en tarro y biberones que tenían de mi leche, también le llevaba compotas, un gorro para el sol. También llevaríamos su coche y la silla con la que la llevamos en el auto.

—¿No crees que es mucho?—Me pregunta Percy, mientras guarda la gran pañalera de nuestra hija en el coche junto con su carrito.

—Antes creo que llevo muy poco.

Me senté en la parte de atrás con mi hija, aprovechaba que estaba dormida para colocarla en la silla para bebés.

—¿Crees que le guste el mar?—Me pregunta Percy

—Lo amará, no solo porque eres su padre y su abuela Poseidón, si no, que ella ama el agua, adora bañarse.

Llegamos a la playa, y comenzamos a buscar a nuestra familia cuando la vimos nos reunimos y nos pusimos todos más cómodos, todos en traje de baño y comenzamos a echarnos bloqueador, yo obviamente comencé con mi hija y luego con mi berrinchudo esposo que no le gusta.

—Noo.—dijo alejando mi mano.—No me gusta el bloqueador.

—Si no te colocas bloqueador dormirás en el sillón.

Le amenace, escuché la risa de nuestros familiares, pero Percy cruzándose de brazos se dejó colocar a regañadientes.

—No es tuno tan mal.—le dije.

—Eres mala.—me dijo cruzándose de brazos.

Nerea gateó desde donde estaba con sus abuelos, hasta Percy el quito el puchero inmediatamente y la also en brazos logrando que se riera.

—Te ves hermosa con ese vestido azul, y tu lindo cabello rubio.—Le dijo Percy con una voz graciosa logrando que ella se riera.

—Le dijo Percy con una voz graciosa logrando que ella se riera

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—Es su perdición.—Me dijo mi padre, mientras veíamos a Percy lanzando al aire a nuestra hija.

—Si, el la ama.—Lo vi, y casi se me sale el corazón a ver que la estaba alzando muy alto.—No tan alto Perseo, se te puede resbalar.

El dejó de lanzarla y me vio.

—¿Como me llamaste?—dijo mientras veía que sus ojos se cristalizaban.

—Perseo, es tu nombre.—le dije cargando a mi hija.

El comenzó a negra con la cabeza muy rápido.

—No, no, no...tu me llamas Pecesito, amor, cariño, hermoso, mi vida pero nunca Perseo.—dijo muy rápido cruzándose de brazos.

Yo me acerqué a él y le di un pequeño beso en los labios.

—muy bien cariño.—dije remarcando el cariño.—ya no te llamaré Perseo...a no ser que sea necesario.

***

La tarde fue fantástica y estábamos viendo el atardecer, tenía a Nerea dormida en mi pecho y Percy me abrazaba por los hombros, fue un día muy divertido y fantástico, nos reímos, jugamos, metimos a Nerea al mar y casi que no sale, también descubrimos que ella tiene habilidad para manejar el mar.

—Cuando Nerea crezca y haga su vida.—dijo Percy llamando mi atención.—Y la hagan los demás hijos que tengamos, me gustaría que compráramos una casa en la playa y vivir ahí, para tener siempre el mar cerca y una vida tranquila, que cuando eso pase y llegue mi hora de morir, estar aquí en mi lugar favorito con la mujer que amo.—me dijo Percy viéndome a los ojos.

Mis ojos se cristalizaron y lo bese.

—Así lo haremos, cuando llegue nuestro momento de irnos lo haremos en la playa cesto, lo juro por el rió estigio.

Así vimos como el sol se ocultaba por completo.

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