Percy y Dafne por fin podrán estar juntos, ellos están más que Felices, iban a la universidad y buscaban su vida juntos.
Encuentran un nuevo hogar en donde empezar su historia, y ser felices hasta el final de sus días.
Tercer libro de la trilogía mi...
Sally me estaba colocando la corona de flores con la que me iba a casar, ya tenía mi vestido puesto y mis tenis conversé, mis maquillaje era muy sencillo pero no quitaba que fiera hermoso, tenía un labial claro junto con un brillo que me podría retocar, rubor y sombras en colores dorados, tenias rimer y ya, el collar que usaba era el que me dio Percy cuando éramos niños, en mis manos tenía algunas manillas con perlas y en mi dedo estaba el anillo con el que Percy me pidió matrimonio.
—Eres la novia más hermosa del mundo.—me dijo Sally.
Yo me vi en el espejo, y me veía hermosa. Tenía una sonrisa que nadie me arrebataría en este día, este día es el que he esperado toda mi vida, toque las pequeñas flores de mi corona con una sonrisa.
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—¿Crees que estoy Linda para Percy?—le pregunté, después de todo es su hijo.
—Por poseidon cariño, Percy se enamorara más de ti cuando te vea, estoy segura que llorará cuando te vea.—Ella me colocó las manos en los hombros.—Para Percy eres hermosa con cualquier cosa, no tengas duda alguna de esa.—Ella sonrió.—Recuerdo que cuando volviste de Inglaterra y pasó lo del hospital y todo eso, el se quedaba despierto cuidándote, una vez entre y le pregunté que porque no dormía, el me contestó que no quería separar la vista de la persona más hermosa que hubiera conocido.
—¿El dijo eso?—Le pregunté sintiendo mi corazón en la garganta.
—Claro que lo dijo, ahora creo que es momento que vayas a tu boda, llevamos 30 minutos de retraso.
Yo reí.
—Percy debe estar pensando que no llegaré.
—lo más seguro, le dire a tu padre que venga por ti y que traiga el ramo.
Sally salió, así que yo me la ante y camine el espejo de cuerpo entero y me observe, con una sonrisa di una vuelta viendo cómo el vestido se movía conmigo, dejé de girar cuando sentí que ma puerta fue abierta. Era mi padre que sostenía mi ramo de flores azules en sus manos
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