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—Harry, juguemos —La pequeña niña lo observa a su lado, él finalmente salió a jugar con la pelota un rato luego de casi dos semanas encerrado en su habitación, decidió que esa niña no debe asustarlo, es solo otra niña más.

—No. —Es su respuesta pasándole el balón a Gareth.

—¿Por qué? —Alarga la última letra mientras da brinquitos sin dejar de molestarlo, el balón regresa a él.

—Porque la realeza no debe jugar con la servidumbre —Responde volviendo a pasarle el balón a su hermano.

—¿Y por qué juegas con Gareth? —Se cruza de brazos haciendo un puchero, él se encoje de hombros.

—Porque Gareth es mi hermano, literalmente estoy obligado a jugar con él.

—Lite... ¿qué?

—Olvídalo.

—Pero yo no tengo obligación a jugar contigo— lo reta su hermano pasándole el balón.

—¿Quieres que le diga a mamá como arruinas sus flores? —Sonríe con suficiencia viendo su expresión, pasándole el balón.

—Te odio —La niña se va hacia su casa enojada, Harry ve su espalda con una ceja alzada, luego se encoje de hombros.

VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora