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—¿Qué hacías con él? — cuestiono encendiendo el auto y comenzando a manejar de vuelta a casa.

—Solo quería hablar conmigo.

—Claro, no sabía que para hablar necesitaba inspeccionar tu boca con su lengua, ¿o es una nueva forma de comunicación? —Gruño apretando con fuerza el volante.

—Él me besó, y lo detuve, yo....

—Por favor, Eileen, si solo te faltó que saltaras sobre él y lo montaras en el puto salón de arte —Grito muy enojado con todo esto.

Lo nuestro solo empeora, ¿por qué no puede irnos bien? ¿Por qué siempre tiene que venir alguien a joder nuestra amistad?

—Deja de gritar y detén el auto, estás muy borracho —Grita esta vez ella.

—¿Ahora pones de excusa eso? ¿Qué estoy muy borracho?

—No es eso, Harry, solo detén el auto, no puedes conducir así —Suspira pasando las manos por su rostro.

—Estoy harto, siempre vas de ingenua detrás de él creyéndole todas sus palabras de mierda y no ves que estoy aquí, Eileen, yo estoy aquí— de pronto siento muchas ganas de llorar.

—Harry...

—¿No puedes solo fingir que te importo? Ya no soporto esto, no soporto ser solo tu amigo —La miro un segundo, solo un segundo es lo que basta para que todo termine en desastre.

— ¡Harry!

Sí que sería el último baile en la preparatoria... y de nuestras vidas.

VacíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora