Vacío

11

Capítulo largo

*A partir de aquí se contará la historia desde la perspectiva de Harry Nash Stevens*

Mañana es mi cumpleaños, ya cumpliré dieciocho años, me siento bien, me siento grande, orgulloso de mis logros, de cada cosa que he hecho en este tiempo, ahora puedo ir a la mejor discoteca y beber, qué bien se siente ser mayor de edad.

Me estiro sobre mi cama pensando qué hacer por mi cumpleaños número dieciocho, pero como siempre mis pensamientos se ven interrumpidos por mi odioso hermano que entra sin siquiera llamar a la puerta.

—Feliz cumpleaños, su majestad —Se burla lanzándose sobre mí.

—Solo porque se trata de mi cumpleaños pasaré por alto que te burlas de tu rey, además ni siquiera es el día —Hablo quitándolo de encima.

—Eileen está abajo, quería ser la primera en darte un regalo —Sube y baja las cejas, yo ruedo mis ojos, pero con una sonrisa en mis labios.

Eileen sigue siendo mi mejor amiga, ella creció y se volvió aún más hermosa que antes, su cabello negro le llega por debajo de su trasero y sus ojos verdes grandes siempre están llenos de alegría, sus pecas no son tan visibles como antes, pero sus mejillas siguen igual de regordetas.

Y por supuesto que sigue comiendo galletas de chocolate y vainilla, las que hace mi madre. Ella no sale de mi casa, También está Rodrigo que no se separa de nosotros, a veces es muy molesto, pero me cae bien. En la preparatoria conocimos gente nueva, hicimos amigos y enemigos nuevos, por supuesto, pero ¿Qué rey no tiene enemigos?

—Llegó por quien lloraban —Anuncio terminando en las escaleras, enseguida Eileen se pone de pie y viene a mí, lanzándose a mis brazos sonriendo abiertamente.

—Feliz cumpleaños, principito. —Sonrío también—. Te va a encantar mi regalo —asegura alejándose.

—No lo pongo en duda —Luego viene Rodrigo a abrazarme, pero alzo una ceja—. Ni se te ocurra... —Y me abraza el muy idiota, suspiro rendido—. Aprovecha que es mi cumpleaños, plebe.

—Yo también te tengo un buen regalo, pero ésta tiene locos a todos diciendo que quería ser la primera. —Rueda los ojos y río fuertemente cuando la mencionada le da un putazo.

—¿Tienes algo que decir ahora, Rodrigo? —lo reta mi amiga, pero él niega con la cabeza rápidamente.

—Para nada.

—Bueno, quiero el tan esperado regalo, Galletita. —La miro.

—Un momento —Sale de casa y no entiendo nada, pasan los minutos, media hora, y ella no regresa, miro a mi mamá en busca de alguna explicación, pero ella solo se encoje de hombros. Cuando por fin Eileen regresa abro los ojos inmensamente viendo lo que trae en sus manos.

—¿Eso es..?

—Sí, principito— me acerco para ver mejor los trajes.

Si, señoras y señores, Eileen Nichole Maxwell, mi Galletita, me ha regalado por mi cumpleaños número dieciocho un traje de príncipe, nada exagerado, negro y con detalles en dorados, con hombreras y. jodidamente me encanta, me .

—Me gusta —Le digo, acercándome para acariciar la tela con mis dedos— ¡Dios, me encanta! —La miro con los ojos abiertos de par en par al igual que mi boca—. No esperaba menos de ti, Galletita.

—¿Qué vas a hacer por tu cumpleaños? —pregunta de pronto, lo que me hace .

—Aún no sé qué hacer, ¿por qué preguntas? — ladeo la cabeza