DESIERTO ESTRELLADO

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Toc toc, sonaban tus pasos de dama

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Estuvieron por otro rato caminando mientras charlaban, bueno, aunque en ese momento el único que hablaba era William, quien alardeaba de su hermano menor, Louis.

- No me gustaría hundirlo conmigo en la miseria, es muy inteligente como para morir.

- Entiendo, segu- Fue interrumpido.

"Toc, toc" era lo que escucharon, se quedaron quietos y callados observando el horizonte. Una mujer bella se aproximaba y sus tacones resonaban como eco en sus oídos, como si la arena se transformara en madera hueca para sus zapatos de tacón.

- Buenas. - Saludó la dama.

- Señorita Hudson. - Saludó John.

William los observó detenidamente.

- ¿Tu mujer? - Preguntó sin descaro ーimpropio de élー ni esfuerzo en ver el dedo de la mujer ーpor si hubiera un anillo de compromisoー.

- Oh no no, Jaja, que va, una damisela como ella no pegaría con alguien como yo. - Comentó John ruborizado.

- Encantada. - Le estrechó la mano a William sonriente.

- Disculpa mi descaro. - Dijo William besando ligeramente la mano de Hudson.

- No se preocupe, la verdad es que este lugar vuelve descarado a cualquiera. - Bromeó provocando una ligera risa por parte de John.

- ¿Se referirá al amor de mi vida? - Pensó tachando segundos después el como se habia dirigido al hombre que buscaba algo bochornado. Tosió ligeramente desviando su mente hacia Hudson. - Disculpe mi curiosidad, pero usted es demasiado casual a comparación de los demás ¿por qué?

- Oh, no demasiado, no suelo tener los ojos rosas y el cabello desatado. - Respondió Hudson sonriente.

- Oh.. Y esta apariencia hace referencia a algo ¿no?

- Exacto, se supone que soy algo parecida a "Cupido". - Entonces, se dio la vuelta mostrando un pequeño arco con una flecha pegada en el arma.

Aunque de por si su aspecto ya le interesaba a William, este no pudo evitar quedarse a mirar de hito en hito la punta de la flecha, la cual tenía forma de llave.

- Curioso. - Se dijo para sí William.

- Vaya, seguramente es porque eres un amor de persona. Quien diría que el corazón tuviera sentido del humor. - Comentó John.

La delicada risa de Hudson se hizo presente.

- Me alagas. - Dijo al acabar de reír. - Bueno, vamos, el señorito Moriarty debe conocer al descarado de su amor verdadero.

Caminaron en silencio dejándose engatusar por el sonido de sus tacones.

- Bien, hasta aquí mi trabajo. Corto, sencillo y con recompensa. - Dijo Hudson deteniendo su paso.

William miró a su alrededor, ya no habían objetos de metal que brillaban haciendo parecer que era un desierto estrellado.

- ¿Qué pasó con los objetos estrella? - Preguntó sorprendido.

- Encuentralas, y sabras cual es el oficio del amor de tu vida, tu amor verdadero.

- La verdad, sí que tengo dificultad en saberlo, arriesga mucho, pierde poco, experimentos por allí, violines por allá ¿Es todo eso en uno?

- No te lo puedo decir, lo siento.

Entonces, Hudson le sonrió con delicadeza y se fue.

- ¿Tú te quedarás? - Le preguntó William a John.

- Claro, estoy para acompañarte en tu aventura. - Sonrió.

- Gracias. - Le devolvió la sonrisa con amabilidad.

Varias horas más tarde de solo caminar y caminar, se alejaron lo suficiente y William quiso comprobar algo. Se arrodilló y escabó, se encontró con un objeto que no era de metal, por lo cual, no brillaba.

- ¿Una lupa? Y es bastante moderna. - Miró a John. - Esto afirma mis sospechas de que trabaja con la ley, policía. - Volvió a mirar a la lupa. - Entonces no es científico, hacer ciencia será un hobbie al igual que el violín.

- Utiliza la lupa para ver donde estan los objetos estrella. - Aconsejó John.

- Sí, gracias. - Se levantó y alzó la lupa ante su ojo derecho.

Todo lo que veía. Lo veía etiquetado genuinamente.
Todo.
No se sorprendió, al contrario, sabía que una lupa normal en un lugar como ese sería lo sorprendente.
Se quitó la lupa tras un ligero mareo.

- ¿Qué viste? - Preguntó su acompañante.

- Muchas palabras, decían lo que era cada cosa. - Cerró los ojos y los volvió a abrir rápidamente poniéndose la lupa en el ojo derecho y mirando a John.

" Querido amigo, compañero de piso, aMor "

La palabra "amor" fue escrita con temblores, o eso parecían.

- Creo que te sigue amando. - Dijo William tristemente mirando al Dr. Watson.

- Imposible. - Respondió.

- ¿Por qué a de ser imposible? Si te conoce más a ti que a ti. - Preguntó elevando una ceja.

- Por un imprevisto accidente sabe como despertar, y aún no se fue, le interesa conocerte, eso significa que: 1. Intenta aún superar del todo su amor por mi ーel cual ya se habia desvanecidoー y 2. El corazón le dio una habitación que le fascinó mucho. Cuando te vea estoy seguro de que no se rendirá fácilmente, confía en mi. - Sonrió.

- Gracias, Dr. Watson. - Agradeció William cerrando sus ojos por un efímero tiempo.

William guardó la lupa en la mochila metálica y siguieron investigando bajo la arena por los alrededores, alejándose de cada agujero que hacían y luego volviendo a hacer más agujeros en los que no encontraban nada o lupas idénticas a la que ya tenía el Moriarty. Dedujo, que al no ser un científico ni policía, seria al fin, un detective.

- Tantas lupas... Dime Dr. Watson ¿es detective?

Miró a John quien asentía con tristeza.

GUIADOS POR EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora