VESTUARIO

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No te dejes llevar por el dolor

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- ¡Tch! - Se llevó la mano a la mejilla con fuerza, sus pálidas uñas rozaron con poco cuidado su propia piel provocando arañazos que poco a poco comenzaron a sangrar.

Mycroft, quien distraído por la búsqueda de La Puerta, solo se enteró de William con el rabillo del ojo.

- ¡William! - Acercó el zafiro a su mejilla y esta dejó de sangrar, aunque aún se veía herido. - ¿Qué ocurre? - Preguntó tranquilizandose un poco al ver que dejaba de sangrar

- C-creo que han vuelto a dispararle... Esta vez en la cara. - Murmuró el profesor con un hilo de voz.

- ¿Qué...?

Mycroft parecía consternado, en ese momento, William solo podía ver como su rostro cambiaba drásticamente a uno más asustado.

- No duele tanto, parece solo un arañazo. - Avisó, creyendo, no, sabiendo que si no lo hacía Mycroft colapsaría. - Tranquilo, mientras no sienta un dolor increíblemente insoportable estará bien.

- ¿Eres capaz de soportar el dolor por él? ¿Soportarías todo ese dolor por él? - Preguntaba el mayor de los Holmes con suma curiosidad y alteración.

- Sí. - Frunció el ceño, seguro de sí mismo. - No sé que te ocurre Moran, pero en serio detente. - Pensó antes de volver a ver esos afligidos ojos azulados. - ¿Mycroft, no se supone que aquí todos saben lo que le pasa a los demás? ¿Por qué Sebastián daña a ese hombre sabiendo que recibiré yo el dolor.

- Él no es de éste lugar, seguramente lo único que sabe de esta habitación son los lugares. - Respondió Mycroft en un suspiro y volviendo a correr junto a Moriarty.

GUIADOS POR EL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora