GUIADOS POR EL CORAZÓN

VESTUARIO

ーSe libre con el arte del disfrazー

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De pronto, la imágen de un enternecido John Watson se esfumó.

Todo estuvo negro durante cinco segundos, William abrió los ojos y se encontró con miles de maniquíes desnudos a su alrededor.

Aquellos maniquíes no se podían mover pero igualmente le transmitían un mal presentimiento al Moriarty.

Estudió más detenidamente los alrededores: suelo rojo granate, y donde se suponía que iba el cielo habia en realidad un techo mugriento parecido a cualquier suelo de bar. Y aún así, seguía la regla de los horizontes.

Se acercó a un maniquí y le tocó el brazo, este, comenzó a teñirse de color canela.

Un hombre más alto que él con un semblante serio y vestuario cordíal apareció ante él dejando el cadáver roto del maniquí a sus pies.

William buscó algo extraño en esa persona aparte de haber salido de un maniquí, traía consigo un cetro de oro con un zafiro en la cima.

- Quién-

- Mycroft, usted debe ser el.. "Amor verdadero" de mi - Tosió disimuladamente. - "amigo"

- ¿"Amigo"? - Alzó una ceja.

- En realidad no es mi amigo, pero si te dijera lo que es para mi sabrías algo que no debes saber en estos momentos ¿entiendes? Moriarty.

- Sí... - Sonrió cordialmente. - Si no te importa ¿me puede explicar dónde estoy?

- Faltaría más, sigame.

Mycroft comenzó a caminar esquivando los maniquíes junto al profesor que lo seguía desde atrás.

- Estás en el vestuario de tu "amor verdadero" y-

- Es la segunda vez que le añades las comillas, disculpe mi interrupción pero se me hacía muy curioso.

- Ah.. Dudo de que seas digno de él, no por tu oficio ni tu... Afición, ya sabe. Es más porque el no se enamoró de nadie jamás.

- ¿Y el doctor Watson?

Mycroft se detuvo, y consigo, William. El zafiro comenzó a brillar con una tristeza que extrañamente William notó.

- Se me olvidó. - Mintió Mycroft volviendo a los andares.

- No lo parecía. - Le siguió.

- En este vestuario - Cambió de tema. - encontrarás todos los disfraces que se puso en sus misiones como detective privado, ahora mismo todos los maniquíes estan desnudos pero se vestirán cuando adivines que es lo que llevan puesto. - Explicó Mycroft.

William se sorprendió.

- ¿Cómo?

- La pose de los maniquíes te una pista de lo que llevan, solo tienes que decir la profesión de las ropas y los maniquíes se vestirán.

- Entiendo.

William se detuvo frente a un maniquí y lo miró detenidamente.
Un cuerpo femenino el cual tenía ambas manos alzadas agarrando algo cilíndrico a deducir por como estaban las palmas, su pierna izquierda estaba ligeramente alzada y la otra muy alejada de su pareja.

- Una cortesana, extrañamente bailan en tubos pero al ser el disfraz de un detective, una cortesana es lo más probable si quieres información. - Comentó William.

El maniquí se movió comenzando con una ligera reverencia para luego volver a estar estático, y por fin, apareció la vestimenta vulgar. Un corto vestido rosa, un pequeño sombrero y un parasol rosa también.

- ¿Cuántas tengo que adivinar? - Le preguntó a Mycroft.

- Hasta que des con el maniquí azulado. - Respondió Myycroft seriamente.

- Interesante ¿Es azul de verdad o solo metafóricamente?

- Metafóricamente.

- Lo suponía. - Miró el cetro de Mycroft. - Ese zafiro, pega con tus ojos pero siempre se ve.. Triste ¿por qué? - Lo miró a los ojos, notó a Mycroft tensarse.

- Me voy, no puedo acompañarte.

Y dicho esto, Mycroft volvió a ser un maniquí desnudo como si se tratara de un caracol escondido en su caparazón.