GRAN COPA DE VINO

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Nada puede cambiar la realidad de los sentimientos

🚬


- Somos El Señor del Crimen.

Frente a él estaba parado firmemente un gran noble de Gran Bretaña, J. Moriarty, sí, otro más. Lo habia encontrado tirado sobre el cesped gris junto a un revólver y un arañazo no muy profundo en la pierna, su sangre también era vino, pero esta era de la propiedad Moriarty, no era La Gloria.

Ahora, quería saber más sobre los nobles Moriarty y su relación con su "amor verdadero".

Le había preguntado si es que podía saber más sobre él pero acabó teniendo una escasa información. Este Moriarty se hizo llamar: Albert J. Moriarty, aunque obviamente Sherlock ya lo sabía; era famoso en los periódicos.

- ¿Qué? - Preguntó muy confuso el detective.

- Somos El Señor del Crimen.

Sherlock no tenía mucha información sobre esta familia de aristócratas y muchísimo menos sobre el caso. Cuando apareció el primer indicio de El Señor del Crimen, Sherlock andaba en la ciudad de sus padres resolviendo un caso.

No tenía ni idea del caso " El señor del crimen " ni sabía si era un caso, no tenia noticias sobre ese hombre por culpa de su desmayo después de pelear con sus padres sobre su sexualidad y matrimonio forzado con una noble.

- Teniendo en cuenta que por culpa de la presión te desmayaste y llegaste a este lugar. Supongo que no tenias ni idea de nuestra existencia como El Señor del Crimen, bien pues, somos una red criminal. - Respondió Albert.

- Y.. ¿Por qué me lo cuentas? ¿Os tengo que atrapar? - Dedujo erróneamente Sherlock.

- No, para ver si rechazaras a tu amor verdadero por ser un criminal, la mente maestra de la red criminal. Es importante para mi, y tú.. No, eres una, "mala persona", mala influencia, para él, sin rencor. No soy muy provocador pero teniendo en cuenta tu afición y tu adicción no quiero que lo dañes.

- No lo hare. - Encaró con seguridad.

- No puedo confiar en ti, pero por ahora solo puedo decirte, suerte. - Albert hizo una pequeña reverencia sujetándose el abdomen en aquel corto tiempo y tomó su camino.

Sherlock se calló observando su silueta oscurecerse y desaparecer entre los troncos podridos y las hojas escarlata, sabía que metiéndose más con el asunto no llegaría a nada.

- Así que una red criminal eh, debí de rechazar el caso que me ofrecieron. Si lo hubiera hecho no estaría aquí... Creo.

Suspiró profundamente aún con la mirada posada en el camino por donde se había ido el castaño.

- ¿Qué relación tendrá con los Moriarty? - Se preguntó. - Parecen muy amigos, el asesino puede ser otro noble.. Por ejemplo... Tsk.. Mierda, no tengo a ninguno que podría relacionarse con él ¡Joder! - Golpeó el tronco negro y putrefacto de un tronco con el puño. - A lo mejor un vendedor frecuente de su vino o.. ¿Un amigo de la infancia? - Volvió a suspirar, pensó que si seguía así al final le saldrán arrugas, soltó una risita ligera que detuvo de inmediato al recordar algo. - Puede ser un amigo del hermano Moriarty restante.. Sí, los nobles no se pueden arriesgar tanto en hacer crímenes, Albert se arriesga sin tener en cuenta a sus hermanos y el que me falta.. Se llama amm.. ¿Winston? ¿Wilmer?.. Que extaño, no tengo ningún recuerdo de él, ni si quiera de los periódicos.. ¿Será tímido? Jm.. Este amor estúpido y Albert J. Moriarty solo me hacen perder tiempo, esto es innecesario.. Aun que lo prefiero más que Irene.

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