Dudas Y Un Sello

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Asteria observó al hombre sentado en en el sofá qué hablaba con Ian desde su escritorio, el tipo era una patada en los ovarios. No había visto a un hombre tan atractivo en su vida ¡Dos vidas! Correcto, esta era su segunda vida. "¡No podía dejar de verlo! Sentía que en cualquier momento se daría la vuelta y la vería babeando por el"

Hacia una semana que estaba en el ducado y aun no se acostumbraba a tenerlo alrededor, no era que le cayera mal, al contrario, habían congeniado bastante bien, hablaban de asuntos del ducado, de la guerra y ragnark respondía sus dudas con paciencia. Incluso no se había enojado cuando ella literalmente le lanzó todos los asuntos y trabajos en la cara.

Lo que la incomodaba era ese sentimiento de invasión qué tenía en su corazón, sentía que donde quiera que volteara allí estaba el o su presencia "Presencia qué era enorme por cierto" ella lo conocía hace una semana pero los niños hace dos, se había enterado por damien qué jugaban ajedrez juntos desde su tiempo de viaje por el puerto y unos pocos días después el hombre simplemente apareció en su oficina a "jugar ajedrez" y no se había ido más "¿Quien se creia?" lo peor, sus niños parecían acostumbrados a él más que ella, se habían crispado al principio pero ya era normal para ellos verlo en la oficina "¿no debería estar atendiendo asuntos del ducado?" "Lejos de aquí" "lejos de sus niños" gruñó y se paso las manos por la cara, estaba siendo territorial, Mierda estaba celosa. Celosa del poco tiempo que le tomo ganar la confianza de sus hijos. Bueno el es su padre, son sus hijos. "Carajo" se estaba volviendo loca, necesitaba aire.

Se puso de pie y camino fuera de la oficina, sintió las miradas sobre ella y también un calosfrio, no se giro, siguió derecho y camino hasta el patio trasero de la mansión.

"Meliades"

"Pequeña asteria ¿como ha estado?"

Sonrio, por alguna razón meliades la hacía sentir tranquila, no sabía si era su aura de espíritu o la sensación de madurez en el, se sentía como un padre o un abuelo y siempre la trataba con cuidado, incluso con sus burlas.

"Genial ¿como están en el bosque y el clan?"

"No pareces genial, los cultivos van bien y el clan garra ha congeniado con el bosque y los espíritus parecen satisfechos con ellos dime ¿qué tal tu viaje?"

Se sentaron en la sombra de un árbol y le contó de su viaje, de los hombres bestia mestizos qué ahora trabajaban en diversas áreas del ducado y de la llegada de ragnark pero sobre todo quería hablar con el de otra cosa

"Meliades, también soy mestiza ¿por que es diferente para mi?"

"tu sangre no es humana asteria, eres una cría de dragon y bruja, difieres por mucho de ellos"

"Pero, no siento mi parte dragon, no existe, por mucho que intente buscarla, no está. Escucho a damien y bastian hablar de sus sentidos y cosas de dragones pero no tengo nada"

"¿A que te refieres? ¿Y tu magia?"

"Umm es solo magia"

"¿No es todo tu poder? ¿No sientes tu fuego de dragón?"

"No"

Mientras negaba con la cabeza levanto su mirada a meliades qué le veía con confusión.

"Pensé que tal ves no te gustaba, qué escondías tus rasgos por ser mitad dragón. Dejame verte niña"

Lo vio poner su mano para que sentará en ella y así lo hizo, la subió hasta quedar frente a frente, se aproximó y puso su dedo índice en su pecho y su frente contra la suya, cerro los ojos cuando sintió su magia fluir por ella, su espíritu y su aura se movieron, fluctuando por el sondeo mágico. Cuando termino se alejo y sus miradas se cruzaron, lo escucho murmurar un conjuro en un idioma qué no entendío y espero en silencio, una luz verde brillo en su pecho y jadeo, conteniendo un grito cuando una corriente le paso por el cuerpo, le dolía el pecho, le dolía mucho, sus ojos ardían, su cuerpo temblaba. Meliades siseo mientras alejaba su mano herida de su pecho.

Transmigre, Al Diablo Con La Trama. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora