Transmigre, Al Diablo Con La Trama.

Tiempo De Paz

Asteria miro al hombre sentado frente a ella, su rostro no había cambiado nada en el tiempo que llevaban juntos. Cinco años habían pasado desde que transmigro a este mundo y había decidido vivir la vida de asteria, sonrio, no espero ser tan feliz en ese momento. Desde la llegada de ragnark al ducado muchas cosas habían cambiado, se habían hecho cercanos y su relación era bastante buena, los niños lo querían y lo llamaban padre lo que la hacía feliz, significaba qué el rumbo de la novela había cambiado definitivamente y ninguno moriría.

"Asteria ¿Sientes algún cambio?"

"No"

Su atención volvió a ragnark, después de la sugerencia de meliades sobre un dragón rompiendo la magia de otro dragón, se había negado y entre Meliades y ella habían pasado un tiempo intentando romper el sello, pero todo fue en vano. Cansada y frustrada una noche, había estado bebiendo sola en el balcón y cuando ragnark la encontró y se unió a ella para beber un poco. Después de emborracharse y mirar su rostro alborotador de hormonas simplemente soltó la sopa. Su sello, su familia, su raza mestiza y la sugerencia de meliades. Para su sorpresa ragnark acepto. La apoyo y la reconforto "Debió ser difícil para ti" aun récordaba sus palabras, desde entonces habian estado tomando espacios y tiempos lejos de los niños para intentar romper el sello como ahora, qué ragnark metía su magia en ella intentado descifrar el sello. Se sobresalto cuando un gruñido la trajo de vuelta de sus recuerdos.

"Concéntrate"

"Lo siento"

"Dime si sientes algo diferente o extraño"

"¿Además de tu enorme mano en mi pecho?" Asintió intento controlar sus pensamientos y el latido de su corazón. Este hombre la desubicaba totalmente, su magia también, había descubierto qué ragnark era un dragón con la predominancia eléctrica, por lo que su magia era igual, la corriente qué vibraba por su cuerpo como la electricidad la hacía sentir "Extraña" Más bien sobreexitada. Se sentía como una dosis de dopamina eléctrica. Volvió a mirar al hombre frente a ella que fruncia su rostro, se veía frustrado y lo entendía. Llevaban ¿Cuanto? ¿Dos años en esto? Y no había avance aun. Suspiro y tomo la mano sobre su pecho.

"Podemos dejarlo así por hoy ragnark"

"No"

"Los niños Volverán pronto de su salida ¿No los resibiras?"

"Ya están grandes ¿Por qué necesitan que los recibamos?"

Se rio con diversión y quiso molestar al enorme hombre.

"¿Es eso así?"

"Umju"

"Entonces ¿qué debería hacer? También eres un hombre grande ragnark ¿debería decirle a los niños que no disfrutas el ser recibido al llegar a casa?"

Un gruñido, mordió su cachete para no sonreir "No es lo mismo"

"¿De verdad?"

"Eres mi esposa"

Se quedo en silencio y su diversion murió, hacia un tiempo que el término esposa sonaba diferente, desde que su relación se volvió más cercana se sonrojaba escuchando a ragnark llamarla así, sintió la corriente de nuevo en su cuerpo. Apretó los labios, debían ser las secuelas de la magia de ragnark. Antes de que pudiera hablar Ameli toco la puerta.

"Señor, señora los jóvenes maestros están volviendo"

"Iremos"

Observó a ragnark qué respondía por ella y se ponia de pie, caminando fuera de la oficina, inconscientemente miro su espalda y después al escritorio en el otro extremo del salón. Dos sillas, recordó como Ragnark había invadido el cuarto piso un año después de su llegada, decía que la iluminación aquí era mejor, trajo todo su papeleo y siempre ponía excusas diferentes, el aire, el sol, jugar ajedrez, bastian lo invito. Hasta que un día de canso de ver su enorme cuerpo curvado sobre la pequeña mesa escribiendo y le había preguntado si quería sentarse con ella en el escritorio.