Rhaella Targaryen, la famosa princesa de la belleza. Así la apodaron la gente del pueblo, y con bastante razón, todos caían bajo la mirada de la hermosa princesa, tanto así que ni siquiera su protector jurado resistió a sus encantos, el hombre que n...
Nota antes de empezar el capítulo:Quiero dar gracias a todas las personas que están leyendo esta historia y que la añaden a sus listas de lectura, de verdad me hacen muy feliz cada vez que me llega una notificación<33
Bueno ahora sí, disfruten ❣️
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Era el décimo sexto onomástico de la princesa Rhaella. Rhaenyra se encargó de que en dicho acontecimiento se realizara un banquete y algunos torneos para celebrar.
El primer hijo varón del Rey Viserys, fue nombrado Aegon, el cual ya tenía su primer año.
Algunas personas del reino y los lores esperaban ansiosos a que el Rey anuncie al pequeño príncipe como su heredero. Sin embargo, Viserys no tenía ninguna intención de cambiar nada. Ni siquiera su relación con su hija menor.
Rhaella ya estaba aburrida de esperar y esperar, así que desde hace algún tiempo atrás, no se esforzó más por captar la atención de su padre.
La princesa estaba sentada en su tocador mientras su sirvienta, Camille, le cepillaba la larga cabellera plateada.
— ¿Ya pensó en quien va a ser su campeón, princesa? — le preguntó la morena.
— Por supuesto, ya lo elegí.
— ¿Y quien es? — preguntó muy emocionada.
— Ser Criston. Pensé que era obvio.
— Él es muy encantador. — dijo Camille ruborizada y con ojos soñadores.
Rhaella se sintió rara con lo último que dijo Camille. Efectivamente es verdad que Ser Criston es muy encantador y guapo, pero no sabía el porqué le molestaba si otras mujeres, en especial las sirvientas, lo admitían.
— No lo sé, es solo mi caballero juramentado, y es uno de los mejores espadachines. Así que se me ocurrió darle una tarea muy importante en este día tan especial. — dijo la princesa con una media sonrisa.
— ¿Y cuál es esa tarea tan importante, princesa?
— Ya verás, solo tienes que asistir al torneo y lo sabrás.
[...]
Rhaella buscaba con ansias al caballero dorniense por las distintas tiendas, donde se encontraban los demás caballeros preparándose para el torneo.
Finalmente encontró a quien andaba buscando, pero no de la forma que esperaba.
Ser Criston estaba con el torso desnudo. Rhaella lo admiró unos segundos, tenía los brazos y abdomen marcados y bien tonificados. Alcanzó a notar algo de vello en sus pectorales y un collar de plata colgando en su cuello. La princesa se hubiese quedado más rato de no ser porque Ser Criston se dió cuenta de que ella estaba ahí.
