Chapter 24

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Dedicado a: alipotterm

꒰⁠⑅⁠ᵕ⁠༚⁠ᵕ⁠꒱⁠˖⁠♡

MARATÓN: 2/3

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En la oficina del maestre, se encontraba Rhaella por unos dolores de espalda bastante fuertes.

— Es completamente normal. — le dijo el maestre después de examinarla. — Pero dejando de lado su molestia, no debería haber problema alguno, princesa. Usted se ve sana y el bebé está creciendo como corresponde a las siete lunas que lleva.

— Entonces... ¿no tengo que tomar nada?

— Absolutamente no. Los dolores se le irán calmando si toma reposo. Cosa que le sugiero que haga.

— Lo intentaré. — respondió Rhaella con una sonrisa.

— Si surge alguna molestia no dude en avisarme.

— Lo haré, gracias maestre.

Rhaella estaba encinta. Llevaba su vientre del tamaño de dos huevos de dragón gracias a una de todas las noches que pasó con Rickard. Ella estaba segura que fue la noche en que se estaba celebrando el nacimiento de su hermano.

Apenas se enteró de la noticia, se asustó. Tenía miedo de que le volviera a pasar lo que le pasó con su primer bebé.

Ella ocultó el embarazo por mucho tiempo, hasta que Rhaenyra y Camille prácticamente la obligaron a contárselo a los demás.

Rhaella creía que sería un niño, ya que se movía bastante. Además, si era un varón, el padre de Rickard podría morir en paz.

Afuera de la oficina del maestre se encontraba Camille y su protector jurado, sir Lorent.

Apenas la vieron salir, los dos se acercaron a ella para que pudiera afirmarse.

— Estoy bien. — los tranquilizó la princesa. — Creo que aún puedo caminar por mi cuenta, pero gracias.

— ¿Qué dijo el maestre? — preguntó Camille.

— La verdad es que no le tomó mucha importancia, solo me dijo que eran normales los dolores de espalda. En conclusión, el bebé está bien.

Rhaella comenzó a caminar a su habitación mientras Camille y el guardia la siguieron.

— Me alegro mucho Rhaella. Ya no queda casi nada para tenerlo en tus brazos.

— Eso es verdad. — sonrió ella con ilusión. — Supongo que unos años sir Lorent le enseñará a blandir la espada.

— Sería un honor, princesa. — respondió el caballero detrás de las dos mujeres.

— Pero no sabes si va a ser un niño. — comentó su dama de compañía.

— ¿Crees que si es una niña no dejaré que le enseñen a blandir la espada si ella quiere? — preguntó la princesa.

Camille se rió y siguió caminando junto a la princesa.

— No lo dudo viniendo de tí. Rickard probablemente no esté feliz.

Inadmissible Love || Criston Cole Donde viven las historias. Descúbrelo ahora