Chapter 5

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Pasaron meses desde el casamiento del Rey y la nueva Reina.

La princesa Rhaenyra se alejaba lo más que podía cuando Alicent estaba cerca. Jamás creyó a su mejor amiga capaz de hacer tal cosa; seducir a su padre.

Rhaella por otra parte, sentía que no cumplía ningún propósito en la fortaleza roja.

Tarde o temprano Alicent le dará un hijo varón a Viserys, y desde ese momento Rhaella será desplazada. Rhaenyra es su primogénita, su heredera. Pero Rhaella, es solo la segunda princesa, lo más probable es que ella pase a segundo plano cuando nazca el futuro principe.

Viserys sólo ha intentado hablar con Rhaenyra, pero con Rhaella él sentía que la situación era mucho más complicada, ya que, desde lo que dijo en el consejo apenas anunció su matrimonio con Alicent, lo dejó bastante molesto, y como digno Targaryen, no daría su brazo a torcer. Menos aún por su hija mimada.

Así que la única distracción de Rhaella era molestar y esconderse de vez en cuando de su protector jurado; el pobre Ser Criston Cole.

Caminaban por la fortaleza, dirigiéndose hacia la cámara de consejo del Rey.

— Criston, ¿puedo hacerte una pregunta?

En todos los meses que llevaba siendo su protector, Rhaella ya se había aburrido de las formalidades.

— Haré lo posible por responderle, princesa.

Ella detuvo el paso al escuchar aquello.

— No me llames así. — lo reprendió.

— Lo siento... — miró hacia todas las direcciones y dijo en voz baja lo más cerca posible de su oído — ...Rhaella.

La Targaryen no sabía porque su cuerpo reaccionó de una manera que nunca había sentido. Pero fue algo placentero que le generó una sonrisa y ruborizarse hasta las mejillas. Así que decidió jugar un poco con la mente del caballero.

— Me preguntaba el porque decidiste unirte a la guardia del Rey. Vivir a base de un juramento y castidad no debe ser muy divertido, es decir, pueden surgir tentaciones en el camino. ¿No crees?

Ella le preguntó de la manera más inocente que pudo, moviendo sus largas pestañas y mirándolo fijamente a sus ojos oscuros.

Ser Criston creía que podría acostumbrarse a la forma en la que los ojos violetas de la Targaryen lo miraran de esa forma, como solo ella lo solía hacer.

Él no sabía cómo responder a tal pregunta, estaba casi seguro que la princesa lo estaba intentando provocar, pero él no podía ceder ante los encantos de la princesa.

Inadmissible Love || Criston Cole Donde viven las historias. Descúbrelo ahora